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El rápido aumento de los niveles atmosféricos de CO2 y de otros gases de efecto invernadero podría producir cambios sin precedentes en los sistemas climáticos, causando "graves perturbaciones ecológicas y económicas", se indica en el Boletín.
La información del Boletín anual se basa en las observaciones del Programa de la Vigilancia de la Atmósfera Global de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Estas observaciones contribuyen a determinar los cambios en los niveles de los gases de efecto invernadero y actúan como un sistema de alerta temprana al detectar modificaciones de esos impulsores atmosféricos decisivos del cambio climático.
El crecimiento demográfico, unas prácticas agrícolas más intensivas, un mayor uso de la tierra y el aumento de la deforestación, la industrialización y el consiguiente uso de energía procedente de fuentes fósiles han contribuido, todos, a una aceleración de la tasa de aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera desde el inicio de la era industrial, en 1750.
Desde 1990 se ha registrado un aumento del 40% del forzamiento radiativo total –que tiene un efecto de calentamiento en nuestro clima− causado por el conjunto de gases de efecto invernadero de larga duración y del 2,5% de 2015 a 2016, según las cifras proporcionadas por la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de los Estados Unidos de América que se citan en el Boletín.
"Si no reducimos rápidamente las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero, nos veremos abocados a un peligroso aumento de la temperatura hacia finales de este siglo, muy por encima de la meta fijada en el Acuerdo de París sobre el cambio climático", hizo notar el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas. "Las generaciones futuras heredarán un planeta que resultará sumamente inhóspito con respecto a hoy en día”, añadió.
“El CO2 permanece en la atmósfera durante cientos de años y aún más en los océanos. Según las leyes de la física, en el futuro las temperaturas serán mucho más altas y el clima más extremo. Hoy no existe ninguna varita mágica para eliminar el CO2 de la atmósfera", sostuvo Taalas.
La última vez que se registró en la Tierra una concentración de CO2 comparable fue hace entre 3 y 5 millones de años, la temperatura era entonces de 2 a 3 °C más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.
En el Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero se informa de las concentraciones atmosféricas de los gases de efecto invernadero. Se entiende por emisión la cantidad de gas que va a la atmósfera y por concentración la cantidad que queda en la atmósfera después de las complejas interacciones que tienen lugar entre la atmósfera, la biosfera, la criosfera y los océanos. Aproximadamente un cuarto de las emisiones totales de CO2 son absorbidas por el océano y otro cuarto por la biosfera, reduciéndose de ese modo la cantidad de ese gas en la atmósfera.