Elaboren una práctica sobre los sacramentos del bautismo y la confirmación y si pueden respondan esta pregunta
Escribe una oración precisa que describa el bautismo
Respuestas
Respuesta:
Explicación:
El Bautismo
“El primer sacramento de la iniciación cristiana recibe, ante todo, el nombre de Bautismo, en razón del rito central con el cual se celebra: bautizar significa sumergir en el agua; quien recibe el Bautismo es sumergido en la muerte de Cristo y resucita con Él como una nueva criatura (2Co 2,17). Se llama también baño de regeneración y renovación en el Espíritu Santo (Tt 5,5), e iluminación, porque el bautizado se convierte en hijo de la luz (Ef 5,8)” (Compendio, n. 252).
El Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el Espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. El Bautismo se suele llamar: “Sacramento de la fe”. En efecto, la fe es un don de Dios y una respuesta del hombre. El Bautismo es el sacramento “con que los hombres, iluminados por la gracia del Espíritu Santo, responden al Evangelio de Cristo”.
Además, el Bautismo nos incorpora a la Iglesia. Mejor dicho, nos incorpora a Cristo en la Iglesia de tal manera que no se pueden separar ambas cosas. No somos primero cristianos y luego nos “asociamos” para formar la Iglesia, sino que por el hecho mismo del Bautismo recibido libremente (asumido libremente más tarde si fuimos bautizados de niños) entramos a formar parte de la Iglesia que es el Cuerpo de Cristo. Esta es la razón por la cual al Bautismo se le llama “la puerta de la Iglesia”. De alguna manera el Bautismo es el que va haciendo la Iglesia al hacer nuevos miembros, y la Iglesia es la que hace el Bautismo, al bautizar. De cualquier manera, Bautismo e Iglesia, son inseparables, porque es en la Iglesia donde el Resucitado sigue actuando por el Espíritu. Por el Bautismo “somos hijos de Dios y miembros de la Iglesia”.
La Confirmación
“Se llama Confirmación porque confirma y refuerza la gracia bautismal. Se llama Crismación, puesto que un rito esencial de este sacramento es la unción con el Santo Crisma” (Compendio, n. 266)
La práctica más común entre nosotros es la de bautizar a los niños recién nacidos y dejar la Confirmación para época más tardía. En la Iglesia ha habido prácticas muy distintas a lo largo de los tiempos, aunque casi siempre el orden de estos tres sacramentos era el de Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Ahora, dejamos la Confirmación para más tarde, buscando una edad en la que podamos celebrar este sacramento de forma más consciente.
La Confirmación es un sacramento relacionado con el Bautismo, inseparable del mismo en su significado, aunque se le separe en el tiempo. La misma palabra Confirmación quiere decir ratificar, sellar, hacer firme aquello que comenzó en el Bautismo. Por tanto, no quiere decir en, primer lugar, que yo ratifico mi fe, que yo me confirmo, sino que el Espíritu Santo ratifica y hace firme en mí la gracia bautismal. La Confirmación, pues, plenifica el Bautismo.
La Confirmación constituye actualmente un verdadero sacramento distinto del Bautismo, que en la misma celebración pone de relieve los aspectos y signos que expresan el don del Espíritu, pero nunca podemos separar totalmente ambos sacramentos. Por eso, también ahora, cuando se bautiza a un adulto, en la misma celebración se le confirma y participa de la Eucaristía.
Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los sacramentos de la Iniciación cristiana, cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso concienciar a los fieles que la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal. En efecto, a los bautizados el sacramento de la Confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma quedan obligados aún más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras. Este sacramento, pues, al mismo tiempo confirma el Bautismo y robustece la gracia recibida en el Bautismo.
Oración por el bautismo
El que se pone a bautizar, aunque él mismo sea un moro, es el ministro del Sacramento, y basta que quiera bautizar, o sea, hacer lo que hace la Iglesia de Dios cuando bautiza; y que al derramar el agua sobre la criatura, diga él mismo: Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.