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Las clases sociales en el Antiguo Egipto estaban organizadas de forma piramidal, en cuyo vértice se encontraba el faraón. Éste era considerado como un Dios ya que se creía que tenía un origen divino. Tomaba el nombre de El de las Dos Damas, Rey del Alto y Bajo Egipto, Horus de Oro, Horus Vencedor e hijo de RA. Al morir el poder era transferido por herencia a su hijo primogénito, aunque en varias ocasiones no ocurría así. Era un monarca absoluto, aunque debía tener una amplia formación intelectual, y toda su vida pública y privada era regulada con severidad. Tenía todos los poderes: el legislativo, el ejecutivo , el judicial y el religioso. Las funciones del faraón consistían en preservar y hacer respetar las leyes de Maat, mantener el orden total del universo, desde el momento de la creación, no sólo en lo que respecta a la estructura social y política de Egipto, sino también a las leyes de la naturaleza.En el segundo escalón de la pirámide estaba la clase sacerdotal. Los sacerdotes se caracterizaban por su sabiduría, siendo su principal función la administración de los templos y la atención de sus divinidades, para interpretar sus deseos, cumplirlos y darles culto. Eran una clase muy influyente en política, tanto, que algunos llegaron a gobernar como regentes, en las XXI y XXII Dinastías. Tal es el caso de Piankhy o Harsiese.
La clase siguiente en la estructura fue la de los funcionarios y los escribas. Los funcionarios eran el cuerpo administrativo del imperio. Esta clase social estaba formada por nobles que disfrutaban de numerosos privilegios. Eran muy influyentes en la política. Los escribas eran muy importantes en la organización del estado, ya que eran los encargados de redactar leyes, transcribir textos sagrados y todo tipo de escritos comerciales y administrativos.En el siguiente escalón se encontraba el ejército, formado en su mayoría por soldados profesionales. Su misión fue principalmente defensiva, ya que no se observó un expansionismo exagerado en la historia de Egipto. Sus beneficios consistían en donaciones, por parte del faraón, de casas, esclavos prisioneros de guerra o tierras.
A continuación, tenemos la clase más humilde, formada por trabajadores del campo y la ciudad. Todos ellos eran personas libres, aunque si estaban al servicio de los templos o de los palacios, sufrían cierto tipo de servilismo.
Los campesinos trabajaban en su mayoría en la agricultura, especialmente de los cereales. En la época del Akhet o crecida del Nilo, trabajaban como constructores de templos y pirámides.
Los canteros trabajaban de forma semipermanente, ya que las explotaciones se realizaban cuando el faraón necesitaba piedras para sus construcciones. Los mineros se dedicaban especialmente a la extracción de oro y turquesa.
Respecto a los artesanos, trabajaban en talleres en los que todos los oficios estaban mezclados, y supervisados por un director general: orfebres, joyeros, carpinteros, trabajadores del cuero, pintores…Los escultores prefería trabajar aislados, aunque era frecuente que varios de ellos trabajaran en la misma obra.
Los comerciantes eran bien considerados dentro de la sociedad egipcia, gracias al tráfico de importaciones y exportaciones que generaban.
En el último sector de la pirámide se encontraban los esclavos. Existía un tipo de esclavitud, más bien servidumbre, en la cual los individuos tenían derechos y salarios, y podían, incluso, comprar su libertad. El tipo de esclavitud clásico no apareció hasta las guerras con Siria y Nubia, ya que se trataba de prisioneros de guerra que eran condenados a realizar trabajos forzosos. Eran marcados con hierro candente y no podían optar a la libertad. La venta pública de esclavos privados, como si de ganado se tratara, es sólo una más de las leyendas que nos han dejado griegos y romanos.
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ES ALGO LARO EL TEMA
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Egipto: Organización política y social, el faraón, los privilegiados y el pueblo
Publicado el 11/03/2019 en Literatura
La sociedad egipcia estaba formada por grupos muy diferentes. El poder político y las riquezas estaban en manos de una minoría, mientras que la mayoría vivía en la más absoluta de las pobrezas.
EL FARAÓN Y LA POLÍTICA
Los egipcios llamaban a su rey faraón. Este concentraba en sus manos todos los poderes: dictaba las leyes, gobernaba el país, era dueño y señor de gran parte de las tierras, controlaba el comercio y era comandante en jefe del ejército. Todo esto sucedía porque los egipcios creían que los faraones eran dioses. Por eso todos se arrodillaban a su paso y nadie podía mirarlos a la cara ni tocarlos. También era común creer que poseían poderes mágicos, como hacer crecer el Nilo cada año.
Los faraones vivían rodeados de riquezas, en enormes palacios, con cientos de sirvientes y esclavos. Cuando un faraón moría, le sucedía su hijo, es decir, se trataba de auténticas dinastías. En la historia de Egipto se sucedieron 31 dinastías: de la I a la XI durante el Imperio Antiguo, de la XII a la XVII en el Imperio Medio y de la XVIII a la XXV durante el Imperio Nuevo.
LOS PRIVILEGIADOS
Comenzamos con los nobles y los sacerdotes. Estos formaban los grupos sociales más poderosos de Egipto. Poseían ingentes riquezas y gran parte de las tierras del país. Los nobles eran los miembros de la familia del faraón, además de otras familias que gozaban del favor del faraón. Gobernaban las provincias en las que se dividía Egipto y vivían en grandes villas rodeadas de jardines.
Los sacerdotes, por su parte, controlaban los ritos religiosos. Tenían a su servicio a miles de personas que trabajaban para ellos y, aunque no fuera así, debían cederle parte de sus cosechas.
Otro grupo de privilegiados eran los escribas, que redactaban los documentos oficiales y llevaban las cuentas de los impuestos reales y las mercancías que entraban y salían de los almacenes de palacio. Por lo general provenían de familias adineradas y gozaban de gran prestigio, ya que disfrutaban de una excelente posición económica.
LA GRAN MAYORÍA DE POBLACIÓN
Esta mayoría estaba total y absolutamente sometida a las decisiones del faraón, los nobles y los sacerdotes. No gozaban de ningún poder, ni político ni económico. La mayoría eran campesinos, se dedicaban a cultivar las tierras del faraón, de los templos y de los nobles. Como compensación, se quedaban con parte de la cosecha, pero tenían que entregar el resto a los dueños de las tierras y una cantidad como impuesto al faraón.
Otros egipcios eran marinos y soldados que estaban bajo las órdenes del faraón, de los artesanos y de los comerciantes. Los marinos navegaban en barcos de vela hasta tierras lejanas y allí compraban madera, metales y perfumes.
Los soldados luchaban en las batallas y, como premio, el faraón los recompensaba con tierras, oro y esclavos.
Los artesanos de más nivel eran los tallistas de piedra, escultores, orfebres y fabricantes de papiro y lino. La gran mayoría trabajaba para el faraón.
Los comerciantes se dedicaban a vender productos. Como quiera que los egipcios no tenían moneda, practicaban el trueque, a saber, cambiaban unos productos por otros. El valor de dichos productos se medía en sacos de cebada.