Respuestas
Respuesta:
mi cuento fantástico
Explicación:
había una vez una perrita muy linda y juguetona, parecida a un copo de
nieve, su pelo ondulado y suave como una seda, cubría todo su cuerpecito,
sus ojos brillantes como una chispa, apenas podían verse un poquito. Ella
muy coqueta sacudía su cabecita y sus orejitas como dando a entender a quien le
miraba, que podía observar por completo sus grandes, bellos y negros ojos.
Movía también su colita como diciendo quiero ser tu amiguita, todo aquel que se
encontrara con Princesa, obligatoriamente, tenía que hablarle y jugar con ella. De
igual manera, ella, corría por toda la casa, ladrando y saltando, para regresar al
mismo lugar, recibir palabras y gestos de cariño, para volver a corretear una y otra
vez.
Todos en casa, se tomaban la cabeza en señal de preocupación, cuando Princesa
subía y bajaba las gradas de dos en dos, demostrando su gran felicidad y energía
porque Princesa era incansable, así se la pasaba por mucho tiempo, sobre todo,
cuando se encontraba una bolita azul que tenía sonajas por dentro, igual a los que
llevaba Princesa colgados de su cuello y atados con una cinta roja y un gran lazo.
Cuando ya sus fuerzas no daban más, sabía que yo le tenía en su lugar preferido
para su descanso, una tacita de color amarillo con agua limpia y fresca, que sorbo
a sorbo se la tragaba sin dejar nada. Todos los días, muy de mañanita, la sacábamos
de paseo, a un parquecito muy cercano a mi casa, porque sabíamos que esto la
divertía y la hacía muy feliz.
En el parquecito habían muchas flores, árboles, hamacas, columpios y zacate verde
y tierno, el cual de vez en cuando se comía una hojita, dicen los que saben, que los
perritos hacen esto porque les duele la pancita. Princesa disfrutaba tanto como los
niños que jugueteaban y corrían en el parque, porque era capaz de tirarse
con ellos en un gran tobogán. Ah, pero algo extraño le sucedía a
Princesa, cada vez que veía un gatito, se ponía furiosa y ladraba
como diciendo que en ese lugar no había más espacio para todos.
fin