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Respuesta:
Los pueblos bárbaros presionaron a los romanos durante varios siglos hasta que se produjo la caída del IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE, el de oriente duró mil años más, con su capital en Constantinopla.
Explicación:
Respuesta:
Existen más de 10 causas de la caída del Imperio Romano. De hecho fueron múltiples las razones y todas ellas interconectadas entre sí, según afirman los expertos. El Imperio romano se mantuvo desde el año 27 a.C hasta el 476 d.C, con más de 500 años de duración.
1- Declive en valores y moral
Los emperadores como Calígula y Nerón son históricamente famosos por sus derroches de dinero en lujosas fiestas, donde los invitados comían y bebían vino y licores hasta enfermarse.
2- Salud pública y enfermedades
En el Imperio romano hubo muchos problemas ambientales y de salud pública. Solo quienes eran más acaudalados contaban con agua que llegaba hasta sus casas a través de tuberías de plomo. Debido al envenenamiento del agua, la tasa de muerte era muy elevada en los ciudadanos de mayor status.
3- Pobre desarrollo tecnológico
Otro factor que contribuyó a la caída del Imperio romano fue que durante los últimos 400 años del imperio, los logros científicos de los romanos solo se limitaron a la ingeniería y a la organización de servicios públicos. Los romanos llegaron al punto de no ser capaces de proveer suficientes bienes para toda su creciente población, mientras que paralelamente ya no conquistaban otras civilizaciones para absorber su tecnología.
4- Inflación
La economía romana sufrió inflación (aumento excesivo de precios) justo después del reinado del emperador Marco Aurelio. Cuando las conquistas del Imperio romano se detuvieron, el flujo de oro de los nuevos territorios hacia Roma comenzó a disminuir. Además de esto, los romanos habían gastado mucho oro para pagar por sus lujosos bienes, por lo tanto había menos oro para poder usar en las monedas.
5- Decadencia urbana
Los romanos acaudalados vivían en “domus”, o casas con paredes de mármol, pisos hechos de azulejos de múltiples colores y ventanas cerradas por pequeños vidrios. Pero la mayoría de los romanos no eran ricos. La población común vivía en casas pequeñas y malolientes, como departamentos de seis o más pisos que eran conocidos como islas.
6- Un Imperio dividido
El Imperio romano estaba dividido no solo geográficamente, sino también culturalmente. Había un imperio latino y un imperio griego, donde el griego había sobrevivido solamente porque tenía más población, un mejor ejército, más dinero y un liderazgo más efectivo. Roma dejó de ser el centro del Imperio romano -algunos emperadores ni siquiera la conocieron- y el centro cultural, económico y político del Imperio comenzó a ser Constantinopla o la Nova Roma.
7- Invasiones de bárbaros
Roma recibió a los bárbaros, término que se utilizó para todo tipo de extranjeros y grupos que llegaron al Imperio romano. Estos sirvieron como proveedores de impuestos o soldados para la milicia, incluso algunos de ellos alcanzaron puestos de poder. Sin embargo, Roma comenzó a perder territorios a manos de los bárbaros- vándalos y godos.
8- Demasiado gasto militar
Mantener a una armada que defendiera las fronteras del Imperio romano de los constantes ataques de los bárbaros era un gasto permanente para el gobierno. Los fondos destinados en mantener la milicia dejaba muy pocos recursos para otras actividades vitales, como brindar albergues públicos, mantener caminos de calidad y mejorar los acueductos. Por esto los emperadores se vieron obligados a aumentar los impuestos frecuentemente y esto nuevamente llevó a la economía a la inflación.
9- Cristianismo y disminución de la virtud cívica
El famoso historiador Edward Gibbon explica que fue la adopción del cristianismo lo que hizo que los romanos se volvieran “blandos”. De ser una República brutal y testaruda, con una férrea resistencia a los invasores, se convirtieron en una población más interesada en la vida después de la muerte, que vivir en el presente.
10- Corrupción política
Roma es famosa por algunos emperadores cuestionables, entre ellos Nerón y Calígula, por mencionar algunos. Siempre el escoger un nuevo emperador era una dificultad y el Imperio romano nunca determinó claramente (a diferencia de los griegos) cómo debía escogerse un nuevo regente. La elección siempre era un debate entre el emperador antiguo, el Senado, la Guardia Pretoriana (el ejército privado del emperador) y el ejército común. Esto comenzó a generar problemas como en el año 186, cuando la Guardia estranguló al nuevo emperador. Entonces la práctica de vender el trono al mejor postor se hizo una institución.