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Batalla de las bandas para ingresar al Salón de la Fama del Rock
Para los artistas que se incorporan al museo situado en Cleveland EEUU, la recompensa puede ser enorme. Las ventas semanales de discos de un intérprete o banda aumentan entre un 40 y un 60 por ciento (en promedio) en las semanas posteriores a la selección de nominados; así lo confirma David Bakula, vicepresidente senior de Nielsen SoundScan.
Mientras que ganar un Grammy a menudo ayuda a mejorar las ventas de un álbum, ingresar al famoso museo en memoria de los artistas más influyentes del género rock, puede levantar carreras enteras.
Hoy en día, los sellos discográficos y los artistas necesitan toda la ayuda que puedan obtener. El negocio de la música vale la mitad de lo que valía hace 10 años, y el declive no parece que vaya a ralentizarse pronto. Los ingresos totales de ventas de CDs, DVDs y otros productos musicales en los Estados Unidos fueron de 6.850 millones de dólares en 2010, según la Recording Industry Association of America; diez años atrás en 2000, esa cifra superó los 14.000 millones de dólares.
El camino hacia el salón de la fama puede ser largo y difícil. La controversia rodea el proceso de selección, que está envuelto en un secretismo inusual.
Lo que se sabe es que un comité de nominación, conformado por cerca de 30 críticos de música, abogados del mundo del entretenimiento y ejecutivos de discográficas hacen que 15 artistas, accedan a la nominación cada año. Luego, otro comité, éste conformado por unas 500 personas, incluyendo a los ganadores anteriores, selecciona a cinco candidatos.
Los artistas pueden calificar para un puesto en el museo, únicamente 25 años después de su primera grabación, lo que significa que los intérpretes de la década de los 90´s ahora tienen la oportunidad de compartir la exposición con gigantes de la talla de Led Zeppelin, Bon Jovi, The Rolling Stones, Elvis Presley, Bob Dylan, entre otros.
Con tanta fama y dinero en juego, no es de extrañar que se siga ejerciendo presión entre bastidores. El por qué se elige un determinado acto en un año en particular es un misterio, tanto para los artistas, como para quien mira la nominación desde fuera. Sin embargo los miembros del comité dicen que quieren que siga siendo así.
Los Bee Gees, por ejemplo, fueron aprobados más de 11 veces antes de ser admitidos en 1997; algunos fanáticos dicen que la larga espera reflejó un sesgo anti-música "disco".
Así también, a pesar de poseer 27 álbumes de estudio y 45 años de giras, y un estilo que influiría en muchos otros artistas, Alice Cooper fue nominado más de 16 veces antes de ser finalmente ser admitido.
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