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Respuesta:
si queremos leer algo actual, contemporáneo, hay que volver a leer las tragedias griegas. Si nos abrieran con un cuchillo, despojados de nuestras vestimentas y nuestra tecnología, encontrarían lo mismo que se encuentra en Edipo Rey, Antígona o Medea. Estas obras, como la rueda y el tenedor, fueron creadas para siempre.
En las tragedias griegas, tenemos dinastías que van expiando culpas y excesos. El presente tiene un espesor que se sustrae a la vista inmediata de los acontecimientos, pero explica el conflicto inevitable que se está desarrollando. La tragedia Edipo Rey es considerada como una de las más perfectas porque Edipo, a medida que intenta alejarse, se acerca a su destino. Quiere esconderse y evitar la profecía que lo condena al irse de la ciudad que cree su ciudad natal y no lo es. Todas sus acciones construyen la verificación de la profecía y su destrucción. Edipo nace huérfano, llega a ser rey de Tebas y termina en el destierro en Colono. La biografía de casi todos los humanos. Pero hay una manera griega de afrontar el destino. Cuando después de verificar la verdad y comprender los hechos, asume su destino y esto lo eleva a héroe trágico. A pesar de ser el blanco de fuerzas que lo superan y de acciones que no fueron voluntarias, no se declara inocente. Tampoco esgrime como argumento la ignorancia. Sófocles construye personajes con quienes no es complaciente. Edipo indaga hasta el final para provocar un conocimiento que no sólo no lo salva, sino que lo hunde en la oscuridad y el destierro. Incluso se hace decir la verdad cuando él ya ha comprendido lo terrible que ésta será para él y lo que hay detrás de las palabras. Obliga al servidor a decírsela: “Servidor: —¡Ay de mí! Estoy ante lo verdaderamente terrible de decir./ Edipo: —Y yo de escuchar, pero, sin embargo, hay que oírlo”.
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espero que te sirva