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Respuesta:
Tierra: Estoy aquí expresando todo el daño que me están haciendo, daño que sé, que pueden cambiar.
Ha transcurrido mucho tiempo desde mi creación.
Puesto que una cosa son sus avances tecnológicos y otra su habilidad de advertir a tiempo lo delicado que es el medio ambiente en el que habitan y los daños colaterales que sus actividades están ocasionando. Han contaminado mis aires, deforestado mis bosques y consumido los peces de mis ríos y océanos. Pero no soy yo quien más ha sufrido, porque siempre he tenido capacidad de reponerme. Si supieran en detalle la cantidad de extinciones, quemazones, glaciaciones que he visto se asombrarían. A pesar de todos estos desastres aquí me tienen, bella todavía como tantos humanos me lo han dicho, recitado o cantado. Más que yo, más bien los ofendidos son las diferentes formas de vida que han brotado en mis aires, tierras y aguas desde hace mucho tiempo
Creo que ya es hora de que asciendan a otro nivel y construyan un plan que incluya la detención del calentamiento global, causante del cambio climático y de una catástrofe ambiental en ciernes. Pero deben hacerlo a toda velocidad, puesto que los daños en poco tiempo serán incambiable. Apúrense porque quiero aprovechar lo que me queda de mi existencia.
Explicación:
Respuesta:
¡Ser, o no ser, es la cuestión! -¿Qué debe
más dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía
el porfiador rigor, o rebelarse
contra un mar de desdichas, y afrontándolo
desaparecer con ellas?
Morir, dormir, no despertar más nunca,
poder decir todo acabó; en un sueño
sepultar para siempre los dolores
del corazón, los mil y mil quebrantos
que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir así!
¡Morir... quedar dormidos...
Dormir... tal vez soñar! -¡Ay! allí hay algo
que detiene al mejor. Cuando del mundo
no percibamos ni un rumor, ¡qué sueños
vendrán en ese sueño de la muerte!
Eso es, eso es lo que hace el infortunio
planta de larga vida. ¿Quién querría
sufrir del tiempo el implacable azote,
del fuerte la injusticia, del soberbio
el áspero desdén, las amarguras
del amor despreciado, las demoras
de la ley, del empleado la insolencia,
la hostilidad que los mezquinos juran
al mérito pacífico, pudiendo
de tanto mal librarse él mismo, alzando
una punta de acero? ¿quién querría
seguir cargando en la cansada vida
su fardo abrumador?...
Pero hay espanto
¡allá del otro lado de la tumba!
La muerte, aquel país que todavía
está por descubrirse,
país de cuya lóbrega frontera
ningún viajero regresó, perturba
la voluntad, y a todos nos decide
a soportar los males que sabemos
más bien que ir a buscar lo que ignoramos.
Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos
haces unos cobardes, y la ardiente
resolución original decae
al pálido mirar del pensamiento.
Así también enérgicas empresas,
de trascendencia inmensa, a esa mirada
torcieron rumbo, y sin acción murieron.
Explicación:
espero que te sirva