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Respuesta:
Utiliza los “tranques” o “cerrojos” siempre que puedas: cuando hayan transcurrido varias rondas y te percates de que en uno de los extremos el resto de jugadores ya no pone fichas, es posible que sea porque se han quedado sin el número de dicho extremo. Si consigues colocar el mismo número en el otro extremo, conseguirás que los jugadores que no lo tengan no puedan poner más fichas y tengan que pasar su turno. Es lo que se llama “cerrojo”.
Optimiza tus salidas: una de las estrategias más efectivas del dominó consiste en salir con una ficha de cuyo número tengas más unidades. De esa forma, te aseguras que el rival no te haga un cerrojo nada más comenzar, pues te has guardado más fichas con ese mismo número. Además, si tienes varias fichas de un mismo número, es muy posible que tus rivales no lleven, por lo que se verán obligados a pasar el turno.
Usa bien las fichas dobles: al comenzar la partida, hay que valorar cuántas fichas dobles nos han tocado y decidir si queremos conservarlar o cambiarlas. Algunas de estas fichas suman muchos puntos, por lo que puede ser una buena idea deshacernos de ellas. Las fichas dobles que conserves las puedes utilizar para abrir la partida o para esas situaciones en las que sospechas que un rival no tiene ese número y quieres poner ficha sin darle a tu adversario la oportunidad de poner.
Fíjate cuándo pasan turno tus rivales: memoriza con qué números han pasado (es decir, que no los tienen), para sacarle partido a esa situación, colocando dichos números en los extremos para que tengan que volver a pasar.
Analiza las reacciones de los rivales: un buen jugador debe permanecer atento a todo cuanto dice o hace su rival para poder intuir que tipo de fichas tiene y no tiene. Esto es especialmente evidente en las partidas de dominó por parejas, donde los jugadores del mismo equipo suelen comentar y discutir las jugadas.