Respuestas
El tiempo y el espacio son dos coordenadas inherentes al desarrollo de la vida
humana. Vamos a tratar de analizar la concepciÛn de la retÌcula temporal en Època
medieval, tomando las crÛnicas como fuente de trabajo e ilustraciÛn aproximada del
ritmo de vida en aquellos siglos. Hay que ser conscientes de que el espacio y el tiempo
son percibidos subjetivamente por los hombres y son categorÌas aplicadas e interpretadas
de forma distinta por cada civilizaciÛn y sociedad. El tiempo encarna una concepciÛn del
mundo, el comportamiento de los individuos, su conciencia, su ritmo vital, su actitud
hacia las cosas. La historiografÌa de las mentalidades ha abordado su estudio con
profusiÛn durante el siglo XX1
. De la visiÛn cÌclica mitolÛgica-poÈtica que mostraba el
mundo onÌrico de la Antig¸edad, se pasa a la concepciÛn lineal del tiempo medieval,
tamizado por la huella indeleble del Cristianismo2
.[FIN p.9]
1
La historiografÌa francesa heredera de la tradiciÛn de Annales se ha ocupado del tema en sucesivos
coloquios: LeTemps et l¥histoire, Tours, ABPO, 1975; Temps, mÈmoire et tradition au Moyen ¬ge, Aix,
SHMES, 1982; Le temps chrÈtien de la fin de l¥AntiquitÈ au Moyen ¬ge, Paris, CNRS, 1984. La medida
del tiempo y su percepciÛn tambiÈn se ha tratado monogr·ficamente: AR”N IAKOVLEVICH
GURI…VICH, Medieval popular culture: problems of belief and perception, Paris-Cambridge, 1977;
BERNARD RIB…MONT, Le temps, sa mesure et sa perception au Moyen ¬ge, Caen, 1992. 2
AR”N IAKOVLEVICH GURI…VICH, Las categorÌas de la cultura medieval, Madrid, Taurus, 1990, pp.
114-180 (ed. francesa, Les catÈgories de la culture mÈdiÈvale, Moscou, 1972). Traza un pequeÒo esbozo
de la evoluciÛn en la concepciÛn del tiempo hasta la Edad Media. Los b·rbaros tenÌan una concepciÛn
antropomÛrfica, el mundo era el tiempo de los hombres. VeÌan en la naturaleza fenÛmenos regularmente
repetidos. El tiempo real carecÌa de autonomÌa propia y el hombre se proyectaba en un tiempo
mitolÛgico. El cambio generacional era su baremo del ritmo del tiempo y no establecÌan la hora del dÌa,
simplemente conocÌan la posiciÛn del sol. El tr·nsito del paganismo al cristianismo provocÛ una
reorganizaciÛn temporal: el calendario pagano se acoplÛ a las necesidades de la liturgia y las
festividades cristianas. Las campanas, erigidas en distribuidoras de la divisiÛn de la jornada,
demostraban la imprecisiÛn de la medida del tiempo y su incapacidad de captar espacios cortos.
JACQUES LE GOFF, frecuentemente en clave mÌtica, enfrenta el tiempo natural y cÌclico de las
estaciones y el clima a la percepciÛn de la duraciÛn registrada por los hombres, la memoria personal y
colectiva que debe hacer sus cuentas con el calendario, El orden de la memoria. El tiempo como
imaginario, Barcelona, PaidÛs, 1991.
2
1. TIEMPO LINEAL Y TIEMPO CIRCULAR
En la Edad Media la idea del tiempo como dimensiÛn primordial del patrimonio
humano estaba semioculta por una visiÛn del mismo como elemento secundario, dentro
de una concepciÛn finalista y ultramundana del desarrollo del ser, y por una marcada
indiferencia hacia la precisiÛn cronolÛgica y su uso como factor de progreso en la vida
humana3
. El tiempo medieval era, fundamentalmente, prolongado, lento y Èpico; en un
·mbito local, el tiempo se teÒÌa de un car·cter Ètico y sagrado4
.
Los clÈrigos medievales tenÌan una visiÛn escatolÛgica del tiempo. Aunque habÌa
conceptos del tiempo como ciclo repetible indefinidamente, lo propio de una religiÛn
finalista como la cristiana era la nociÛn de tiempo lineal, desde un principio hasta un fin.
Esta concepciÛn permitiÛ una visiÛn progresiva del ser humano: el tiempo no era m·s
que un momento de la eternidad y pertenecÌa por entero a Dios. Los clÈrigos consideraron
el tiempo a partir de los textos bÌblicos y de la tradiciÛn legada por el cristianismo
primitivo, los Padres y los exegetas de la alta Edad Media. Para los primeros cristianos la
eternidad no se oponÌa al tiempo, sÛlo era su dilataciÛn al infinito5
. La EncarnaciÛn de
Cristo dio al tiempo una dimensiÛn histÛrica, que quedÛ dividida en dos partes6
.
La Historia tiene un principio y un fin7
. Por tanto, el tiempo tiene una proyecciÛn
lineal, un sentido, una direcciÛn, tiende hacia Dios. La sociedad feudal, en la que se
desliza la Iglesia entre los siglos IX y XI, paralizÛ la reflexiÛn histÛrica y pareciÛ detener
el tiempo de la Historia o asimilarla a la historia de la Iglesia. Le Goff contrapone a este
tiempo [Fin p.10] divino, que es continuo y lineal, un tiempo circular que deriva de la
Antig¸edad8