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*Diabetes tipo I*:
El sistema de defensas ataca a las células del páncreas encargadas de producir insulina. La insulina es necesaria para que el organismo utilice la glucosa que el cuerpo recibe. En este tipo de Diabetes el páncreas no puede generar insulina lo que causa un problema de salud grave.
Esta diabetes aparece ya en la niñez o en la juventud. Es menos común que la tipo II ( en este caso hay insulina pero esta no hace bien su función). El único tratamiento posible es recibir insulina a diario y de por vida.
*Artritis reumatoide*:
En esta enfermedad, los principales tejidos dañados son las articulaciones. El trastorno comienza de manera lenta, con dolor articular leve, rigidez y fatiga. Las articulaciones pueden mostrarse calientes y dolorosas.
*Celiaquía*:
En este caso, la diana del sistema inmune es el intestino delgado. En las personas que la sufren se produce una reacción exagerada frente al gluten que provoca una lesión del revestimiento del intestino. Dolor abdominal, diarrea, estreñimiento, pérdida de peso y fatiga son algunos de los síntomas y eso puede dificultar el diagnóstico.
Se trata suprimiendo el gluten de la dieta.
*El lupus*:
Le llaman la enfermedad de las mil caras porque puede afectar a cualquier órgano, aunque es más habitual que ataque a la piel y las articulaciones. Puede ser difícil de diagnosticar. Y es que, como otras autoinmunes, se manifiesta en forma de brotes pero los síntomas son muy variopintos (desde dolor muscular y articular hasta pérdida de cabello). Eso sí, casi siempre se da una coloración típica que afecta a la cara, en concreto a la nariz y mejillas que se enrojecen de forma exagerada (“alas de mariposa”).
Para confirmar el diagnóstico es útil buscar en la sangre ciertos anticuerpos típicos de la enfermedad. En algunos casos puede estar provocada por fármacos.