Respuestas
Respuesta:
Había una vez un barco lleno de piratas.
Se dedicaban a navegar, cantar y tomar ron. Y, de vez en cuando, a los abordajes.
Un abordaje es como una batalla de almohadas, pero mil veces peor: se salta arriba de los otros, se grita mucho, se hace un lío bárbaro y, los que quedan tirados por el suelo, pierden, y los que quedan sentados sobre ellos, ganan.
En uno de esos abordajes (alfanje por aquí, cimitarra por allá) a uno de los piratas se le perdió una pierna y no la pudo encontrar ni cuando terminó el lío.
Desde entonces, anduvo saltando en una pata. No de alegría, sino porque no tenía más remedio. Iba de la proa a la popa y de barlovento a sotavento haciendo TOC-TOC-TOC-TOC-TOC-TOC-TOC...
A la larga, resultaba un poco cansador.
Así que cuando vio que pasaban cerca de una isla con árboles quiso desembarcar enseguida, para conseguir un palo y hacerse una pata de palo (cosa que estaba muy de moda entre los piratas).
Explicación:
Si te sirve dame corazon