Respuestas
Respuesta:
Ecolocalización
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
La ecolocalización (del prefijo eco-, del latín echo, y este del gr. ἠχώ ēchṓ 'eco', y el latín locatĭo, ‘posición’),123 es la capacidad de algunos animales de conocer su entorno por medio de la emisión de sonidos y la interpretación del eco que los objetos a su alrededor producen debido a ellos. «Ecolocalización» es un término creado en 1938 por Donald Griffin, que fue el primero en demostrar concluyentemente su existencia en los murciélagos.4
Varios mamíferos poseen esta capacidad: los murciélagos (orden Chiroptera —aunque no todas las especies del orden la usan—), los delfines (familia Delphinidae) y el cachalote (Physeter macrocephalus). Las aves que utilizan este sistema para navegar en cuevas sin visibilidad son el guácharo (Steatornis caripensis) y los vencejos y salanganas (familia Apodidae), en especial la salangana papú (Aerodramus papuensis), de la tribu Collocaliini. El sonar de barcos y submarinos está basado en este principio. Recientemente, han salido estudios que hablan sobre la capacidad de ecolocalización en los humanos, pero dichos estudios carecen de fundamento científico.5
Índice
1 Historia de la ecolocalización
2 Principio para la ecolocalización
3 Tipos de pulsos en la ecolocalización
4 En los murciélagos
5 En cetáceos
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Historia de la ecolocalización
La investigación sobre el sonar de los animales es atribuido a el científico italiano Lazzaro Spallanzani en el año 1793, quien propuso que los murciélagos podían «ver con los oídos», para llegar a esta conclusión encerró a una lechuza y un murciélago en una habitación en la que colocó una serie de hilos cruzados de un lado a otro de los que colgaban campanillas; las cuales sonarían en caso de que los animales chocaran contra ellas, en la luz ambos animales fueron capaces de volar, pero cuando se hizo la oscuridad total en la habitación observó que la lechuza se desorientaba y chocaba contra las campanillas mientras que el murciélago mantenía intacta su capacidad de volar, por ello se dio cuenta de que el murciélago tenía una capacidad adicional la cual no dependía de luz.
Con el fin de encontrar dicha capacidad Spallanzani procedió a quemar los ojos de los murciélagos para dejarlos ciegos por completo y los liberó de en la habitación; con esto comprobó que los murciélagos tenían la misma facilidad para volar y para cazar insectos que aquellos que tenían aún el sentido de la vista. Comunicó sus resultados a el zoólogo suizo Charles Jurine quien 5 años más tarde se dio cuenta que era imposible que los murciélagos esquivaran los objetos si se les tapaban los oídos, a pesar de esto, los conocimientos no fueron los suficientes para formular una teoría sobre la ecolocalización por lo que fueron rechazadas sus opiniones por la comunidad científica, que siguió ateniéndose a la explicación que daba el naturalista francés Georges Cuvier: los murciélagos usaban el sentido del tacto, palpando los objetos de su entrono con las alas.
En 1912 el ingeniero norteamericano Hiram Maxim escribió en la revista Scientific American: «los murciélagos detectan los obstáculos escuchando las reflexiones de sonidos de baja frecuencia producidos por sus alas (a aproximadamente 15 Hz), y los barcos podrían evitar colisiones con icebergs u otros barcos instalando un aparato que emitiera sonidos de gran potencia y un receptor que escuchara los ecos de la vuelta» esto lo dijo tras el hundimiento del Titanic, aunque Maxim estaba equivocado su idea se hizo realidad con el desarrollo del sonar por el físico francés Paul Langevin.
En el año 1938 Robert Galambos y Donald Griffin usaron un detector de ultrasonidos desarrollado por William Pierce, para demostrar que los murciélagos ecolocalizaban emitiendo ultrasonido y recibiendo ecos. Tiempo más tarde Griffin se dio cuenta que los murciélagos podían volar en total oscuridad sin chocar y acuño el término ecolocalización para describir dicho fenómeno en 1944. Pronto se descubrió que otros animales como las ballenas y delfines también estaban dotados de esta capacidad para ecolocalizar.67
Principio para la ecolocalización
La ecolocalización se asemeja al funcionamiento de un sonar activo; el animal emite un sonido que rebota al encontrar un obstáculo y analiza el eco recibido. Logra así, saber la distancia hasta el objeto u objetos, midiendo el tiempo de retardo entre la señal que ha emitido y la que ha recibido.
Respuesta:
GRACIAS A SUS APORTACIONES REFUTÓ LA GENERACIÓN ESPONTANEA
Explicación paso a paso:
DEMOSTRÓ QUE NO EXISTE GENERACIÓN ESPONTANEA DE VIDA
SI TE AYUDE CALIFICAME COMO LA MEJOR RESPUESTA :D