El resurgimiento de Ur, en el período Neosumerio desde un ángulo político, resultó de:
a) El restablecimiento del sistema teocrático del gobierno.
b) La extensión territorial en la región septentrional de la Mesopotamia.
c) El desplazamiento de la supremacía de los Guti de Glam.
d) La mayor intensidad en la política represiva contra la milicia acadia.
e) El incremento del despotismo y la arbitrariedad asiria.
Respuestas
Respuesta:
opcion c
Explicación:
Sumeria sobrevive a la invasión Guti
Figura de Gudea, patesi o gobernador de Lagash, en el Museo del Louvre. La figura está realizada en diorita, un duro material que las ciudades importaban del valle del Indo, situado a unos 2.000 km al oriente de Mesopotamia.
Pese a la irrupción de los nómadas gutis, que provocaron continuos saqueos, arrasaron ciudades y campos, y dificultaron el comercio, el fin del Imperio Acadio no trajo la decadencia, al menos en la zona sur de Mesopotamia.1 Las distintas ciudades se organizaron en pequeños reinos. La propia Agadé, anterior capital imperial, mantuvo un pequeño Estado en los territorios próximos a ella, el cual sobrevivió durante 30 años, hasta que fue conquistado por los nómadas. Posteriormente, se supone una hegemonía de Uruk porque así se nombra en la lista Real Sumeria, pero aparte de los nombres de la lista no hay ningún dato más para afirmarlo o negarlo.
Tercera dinastía de Ur
Durante el período posterior fue Uruk, con el reinado de Utu-hegal quien obtuvo una posición predominante. El nuevo monarca venció al jefe de los nómadas gutis, Tiriqan, que fue tomado prisionero, tras lo cual se nombró «rey de las cuatro regiones». Utu-hegal fue sucedido por Ur-nammu, el cual no se sabe si pertenecía a su dinastía o fue un usurpador. Se ha especulado que podría tratarse de su hermano.3 El nuevo rey se esforzó por hacer realidad el título que había heredado; atacó las ciudades vecinas y conquistó Nippur, Uruk, Larsa, Ur, Eridu y Lagash, cuyo rey Nammahni fue muerto.4 Tras esto, decidió trasladar la capital de su Estado desde Uruk a Ur, fundando una nueva dinastía; la III dinastía de Ur. El motivo de este traslado no está claro, aunque es posible que Ur-Nammu hubiese sido gobernador de esta ciudad antes de recibir el trono de Uruk.3
Extensión del imperio de la Tercera Dinastía de Ur (el norte se ubica a la derecha).
Ur-nammu se dio a sí mismo el título de «rey de Sumer y de Acad», si bien no se conocen con precisión los límites de sus dominios. Se han encontrado inscripciones suyas en numerosas ciudades sumerias —Nippur, Lagash, Uruk, Larsa, Eridu y Ur— e incluso en curso alto del río Diyala,5 pero ninguna en Acad, por lo que es posible que el título fuese más honorífico que real. Durante su reinado se realizaron reformas: se redactó el llamado código de Ur-nammu, se unificó la jurisprudencia, se fijó la equivalencia entre las diferentes monedas existentes, se abrieron canales y se reconstruyeron los templos.4
Su hijo y sucesor Shulgi, consolidó el reino durante sus 48 años de gobierno. Los primeros 23 años de su reinado se centró en tareas administrativas: introdujo como medida de volumen el gur (200 litros), reconstruyó numerosos templos, reformó el ejército creando un cuerpo de arqueros y restauró la ciudad de Der, en los límites orientales del imperio. Fue en esta frontera donde Shulgi tendría que afrontar los primeros conflictos. Durante cuatro años se enfrentó a los pueblos seminómadas que habitaban los montes Zagros al sur del Zab inferior. Buscando el apoyo de Elam en el conflicto, Shulgi casó a su hija con el gobernador de Anshan. La diplomacia fracasó, y cuatro años después el imperio de Ur se enfrentó a Elam; venciendo tras dos años de guerra. Un nuevo período de nueve años de paz siguió al conflicto, pasado el cual todos los pueblos seminómadas de los Zagros formaron una coalición que atacó de nuevo al imperio.4
Fue el sucesor de Shulgi, Amar-Sin quien consiguió sofocar este nuevo conflicto. Entre sus actuaciones destacó la conquista y destrucción de Arbela —Urbilum en sumerio—, a orillas del Zab inferior. El resto de su reinado transcurrió de forma relativamente pacífica, si bien se incrementó la llegada de nómadas procedentes del desierto de Arabia, que se fueron asentando en la zona central de Mesopotamia, o Acad.6
Así, su sucesor Shusin (2036 a. C.-2028 a. C.) construyó un sistema de fortificaciones de 270 km, llamado muralla de los Martu, que debía detener las incursiones de los Martu o amorreos y de los tidnum (o Ttidanum), otra tribu semita nómada.
Ibbi-Sin, hermano de Shusin fue el último soberano de la dinastía. En la frontera occidental, los amorreos traspasaron las barreras cortando los caminos al comercio y arrasando las cosechas. Este destrozo provocó hambrunas en las ciudades centrales del imperio, produciéndose rebeliones y la rendición de muchas de ellas. En esta situación, Shusin dejó el mando de las regiones fronterizas a un funcionario llamado Ishbi-Erra, hasta entonces gobernador de Mari.6 Tras una derrota del rey contra los elamitas, el mismo Ishbi-Erra se levantó contra el imperio, fundando una dinastía propia en Isin, al norte de Ur. En 2003 a. C. la propia Ur caía ante los nómadas de los Zagros, que arrasaron la ciudad, saqueando los templos y destruyendo las viviendas