Enuncie situaciones que se produzcan en la familia y en la
sociedad, representen una falta de respeto a los demás.
Respuestas
Respuesta:
"El respeto es una de las bases que consiste en valorar a los demás, considerar y reconocer la dignidad de cada persona como tal; es el reconocimiento de los derechos, que son innatos a todos los seres humanos. Es, por lo tanto, la esencia de las relaciones humanas y de la vida en comunidad", dijo a este medio la licenciada Florencia Torzillo Álvarez (MN 30624), Coordinadora General de INEPA
Explicación:
La primera forma en la que puede manifestarse el irrespeto es el conocido irrespeto individual, que se produce con las ofensas que una persona puede hacerle a otra, sea esta una persona cercana o un completo desconocido.
De esta forma, no basta con comportarse de forma respetuosa con las personas que uno conoce para no incurrir en irrespeto: debe hacerlo incluso con aquellos ajenos a sus círculos. Especialmente cuando se trata de personas con las que uno no comparte gustos, intereses u opiniones, el irrespeto puede venir en la forma de intolerancia a la opinión ajena.
Consecuencias
Cuando una persona efectúa una acción de irrespeto individual, es decir una acción que resulta un perjuicio para otro, es habitual que quien la haya recibido se sienta ofendido, y hasta incluso lesionado.
Sin embargo, suele ocurrir que los actos de irrespeto no sean sancionados como los hechos pasibles de sanción jurídica, sino que sean simplemente conductas morales impuestas por la sociedad. No existe una normativa que estipula los actos irrespetuosos, sino que está en la propia socialización de la persona.
Ofensas a principios o instituciones
La segunda dimensión del irrespeto tiene que ver con las ofensas que una persona puede hacer a las instituciones o a las formas de vivir que la sociedad entiende como valiosas en un momento.
A lo largo del tiempo, la sociedad va estableciendo lineamientos sobre cómo se debe vivir, algunos de los cuales tienen un fundamento lógico y otros que se manifiestan solamente por la reproducción de una costumbre o de un hábito.
Las instituciones como la familia, la religión, el Gobierno, el Poder Judicial, son ejemplos de estas formas de organización que establecen sus propias formas de organizarse, y por lo tanto invitan a diferentes formas del irrespeto.
¿Puede ser buen bueno faltar el respeto?
Como se dijo, los lineamientos establecidos por las instituciones sociales no son absolutos, y son pasivos de críticas o de transformaciones. De esta forma, el respeto total a esos lineamientos puede ser considerado una especie de sumisión a una normativa no siempre lógica y prudente.
La falta de respeto a esos principios, entonces, en algunos casos puede ser una actitud combativa, que puede ser la semilla de ciertos cambios que favorecen a terminar con regímenes injustos: muchos de los cambios sociales, como el fin de monarquías o de muchas segregaciones raciales o culturales, incluyeron episodios que en el principio se consideraron irrespetuosos contra las normativas vigentes.
Ejemplos de inrrespeto
Arrojar basura en la vía pública.
Maltratar los bienes públicos, como las calles o las plazas.
Ingresar a algunas instituciones religiosas con los zapatos puestos.
Aprovecharse de la debilidad de un niño.
Meterse en lugar de otro en un espacio común para esperar.
Desconocer el resultado de una elección democrática.
Hacer ruido en un espacio en el que se necesita hacer silencio, como una biblioteca o un hospital.
Elevar la voz para imponerse en una conversación.
Considerar que los roles en la familia están establecidos, y es la mujer la que debe encargarse de ciertas cosas y el hombre el que debe encargarse de otras.
Realizar acciones que tienden a perjudicar a la naturaleza.
Vestir en forma inadecuada para una situación formal.
Entrar a un lugar y comenzar a actuar sin antes haber saludado a los demás.
Romper con una tradición de una familia o de una cultura.
No ceder el asiento a personas mayores de edad o incapacitadas en el transporte público.
Ser considerablemente impuntual.
Difamar o burlar a un compañero de trabajo o de escuela.
Interrumpir a una persona mientras está hablando.
Ocupar la cabecera de la mesa, en algunas familias clásicas donde ese lugar está reservado para el padre o para el de más edad.
Compartir un transporte público con una persona de piel blanca si uno tiene la piel negra, en la Sudáfrica del apartheid.
Usar el pelo largo en la mayoría de los ejércitos del mundo.