Respuestas
Respuesta:
Explicación:
El guión que se siguió resultó similar en todas partes. Con la cobertura de las autoridades soviéticas de ocupación (el NKVD y el Ejército Rojo), los minúsculos partidos comunistas de esos países comenzaron a medrar —el Partido Comunista Rumano, por ejemplo, pasó de alrededor de 1.000 afiliados a un millón en cuatro años—. Pronto accederán por primera vez a gobiernos de coalición presididos por no comunistas, pero procurando obtener en ellos las carteras que les proporcionarían un verdadero poder.
Así, el ministerio del Interior les permitía dominar las fuerzas del orden encargadas de la represión, infiltrando en ellas a sus militantes. Con el ministerio de Justicia en sus manos era posible controlar a los jueces y depurar de «elementos fascistas» la administración —en Bulgaria, los Tribunales Populares habían juzgado a 11.122 individuos cuando acabó la guerra, de los que condenaron a muerte a una cuarta parte, aunque la cifra extraoficial de ejecuciones pudo haber llegado a las 18.000 personas—. Desde el ministerio de Agricultura podían promover la reforma agraria para ganarse a los campesinos sin tierras. El control de la industria y los transportes, infiltrándose en sindicatos y comités de empresa, les permitía dominar la economía y organizar huelgas masivas cuando resultaba políticamente oportuno.