Respuestas
Respuesta:
Para lograr resultados, la reforma de inmigración debe ser exhaustiva. Un enfoque parcial, ideológico, que se centre exclusivamente en la seguridad fronteriza, ignorando a los trabajadores migratorios (o viceversa) está condenado al fracaso. Si el Congreso aprueba otra ley que pase de puntillas sobre las contradicciones fundamentales del statu quo, entonces este estatus no cambiará. Pensar en los incentivos es la clave para el éxito.
El problema real
La inmigración ilegal a Estados Unidos es de escala masiva. Más de diez millones de extranjeros indocumentados residen actualmente en Estados Unidos y esa población crece en unas 700,000 personas anualmente [1]. Por un lado, la presencia de tantos extranjeros en un poderoso testimonio del atractivo de América. Por otro lado, es una señal de lo peligrosamente abiertas que están nuestras fronteras.
El típico extranjero ilegal viene a América fundamentalmente buscando mejores trabajos y en el proceso añade valor a la economía de Estados Unidos. Sin embargo, también le resta valor al debilitar el ámbito legal y de seguridad nacional. Cuando tres de cada cien personas en América está indocumentada (o, mejor dicho, documentada con papeles falsos o falsificados), hay un profundo problema de seguridad. Aunque no representan una amenaza directa a la seguridad, la presencia de millones de migrantes indocumentados distorsiona la ley, desvía recursos y crea, de forma efectiva, una cobertura para terroristas y criminales.
Explicación: