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Respuesta:
Walter Ernst Paul Ulbricht
Explicación:
Walter Ernst Paul Ulbricht fue un político alemán, destacado líder comunista durante la República de Weimar. En 1933 huyó del país tras la toma del poder por los nazis, refugiándose en la URSS junto a otros comunistas alemanes y pasando a trabajar para el aparato de la Internacional Comunista en Moscú.
Respuesta:
Walter Ulbricht (Leipzig, 1893 - Berlín, 1973) Político alemán, presidente del Consejo de Estado entre 1960 y 1971. Obrero ebanista, se unió al Partido Socialdemócrata (SPD) en 1912 y durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el Frente Oriental, del que desertó en dos ocasiones.
Tras ser desmovilizado en 1918 se afilió a la Liga Espartaquista (Spartakusbund) de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo y luego siguió en el Partido Comunista (KPD), que prosiguió la agitación revolucionaria tras el aplastamiento de la Liga en la insurrección de enero de 1919.
En 1923 fue elegido para el Comité Central del Partido, más por su talento organizativo y burocrático que por su liderazgo ante la militancia. El ascenso al poder de Stalin en la URSS le permitió consolidar y acrecentar su influencia en el KPD, como fiel ejecutor de las instrucciones del Centro. En 1928 ganó el escaño de diputado en el Reichstag (cámara baja del Parlamento) y en 1929 pasó a encabezar la organización del Partido en Berlín.
Con el ascenso de Hitler al poder en 1933, Ulbricht se refugió en Moscú, donde entró al servicio del Komintern. Hasta 1938 desarrolló sus labores de agente del NKVD en París, Moscú y España durante la Guerra Civil (1936-1939), donde persiguió y purgó a trotskistas y otros desviacionismos de la línea definida por Stalin. Al comenzar la invasión alemana de la URSS (junio de 1941) pudo regresar a Moscú y hasta el final de la guerra se encargó del adoctrinamiento de los prisioneros de guerra alemanes y ayudó a organizar el Comité de la Alemania Libre (julio de 1943) a partir de altos oficiales de la Wehrmacht que abjuraron de su fidelidad al nazismo.
Vuelto a Berlín el 30 de abril de 1945, recién ocupada por el Ejército Rojo, colaboró en el restablecimiento del KPD y organizó el aparato administrativo en la zona de ocupación soviética, como jefe de una comisión ad hoc para la que había sido nombrado en Moscú el 8 de febrero. Tuvo un papel central en la fusión del KPD y el Partido Socialdemócrata (SPD) en el Partido el Socialismo Unificado (SED), el 23 de abril de 1946.
Al proclamarse la República Democrática de Alemania (RDA) el 11 de octubre de 1949, Ulbricht ocupó el puesto de viceprimer ministro y el 25 de julio de 1950 fue elegido secretario general del SED en sustitución de la co-presidencia que venían ejerciendo Wilhelm Pieck y Otto Grotewoh, a la sazón presidente de la República y primer ministro, respectivamente. Cuando Pieck falleció el 7 de septiembre de 1960 Ulbricht confirmó su liderazgo supremo al asumir, el día 12, la presidencia del Consejo de Estado, nueva institución que sustituía a la presidencia de la República.
Hombre extraordinariamente dogmático, su doctrina de un socialismo de producción racionalizada y sujeto a una disciplina típicamente prusiana provocó, unida a la escasez de alimentos, un alzamiento popular en Berlín Oriental en junio de 1953, que hubo de ser sofocado por las tropas soviéticas. En su afán de convertir a la RDA en un Estado alemán fuerte, condujo la reconstrucción económica siguiendo el modelo soviético de planificación centralizada, hasta convertir el país en una de las diez potencias industriales del mundo.
Con este celo singularmente nacionalista (sólo a efectos de rivalidad interalemana), a Ulbricht le pareció intolerable la huida masiva de ciudadanos a la RFA, tanto por la posible dislocación del sistema productivo, como por el efecto deslegitimador de la RDA como Estado, de manera que, con el beneplácito de la URSS, en agosto de 1961 tomó la decisión drástica de levantar un muro que separaba físicamente a las dos Alemanias, y a Berlín en particular.
Fue la fidelidad absoluta a Moscú y su condición de aliado más importante por razones políticas, económicas y puramente estratégicas lo que probablemente salvó a Ulbricht de la desestalinización que a partir de 1953 barrió a otros países del bloque soviético. En 1968 fue el dirigente del Pacto de Varsovia que con más entusiasmo tomó parte en la invasión militar de Checoslovaquia que aplastó el socialismo reformista de A. Dubcek.
La informalmente conocida como "Doctrina Ulbricht" (por corresponderse, pero a la inversa, a la "Doctrina Hallstein" imperante en la RFA) sobre la cuestión alemana, según la cual el camino de la distensión con la RFA pasaba por el previo reconocimiento por este país de la soberanía de la RDA, pretendió Ulbricht imponerla a los demás socios del Pacto de Varsovia. Esta intransigencia incomodó a Moscú, ya que a su juicio entorpecía las perspectivas de distensión en Europa que ofrecía la Ostpolitik del canciller germano occidental W. Brandt.
Así, el 3 de mayo de 1971 se anunció la renuncia de Ulbricht "por razones de salud" y E. Honecker, más maleable a los deseos de Moscú en la cuestión alemana, fue elegido nuevo secretario general. Ulbricht continuó, ya con funciones quasi-honoríficas, como presidente del Consejo de Estado, hasta su fallecimiento el 1 de agosto de 1973.