La fundación de la Iglesia, tiene en la vida de Jesús una serie de actos preparatorios que conducirán después a su realidad: la presencia de los tiempos escatológicos, la convocación y reunión en torno a él de los que esperan la salvación y en especial el grupo de los Doce, la participación de éstos en los poderes salvíficos, su instrucción en los secretos del reino, la muerte de Cristo como fundamento de una nueva alianza, las palabras de despedida del Resucitado, la vida divina infundida por el Espíritu Santo, etc. La pretensión de Jesús de ser el Mesías hacía ya esperar de él la fundación de la comunidad mesiánica. Su predicación fue dirigida a la «casa de Israel» (Mc 10,6), es decir, a todo el pueblo de Dios en cuanto tal, lo cual excluye cualquier intención de fundar una comunidad apartada y aislada. Pero sobre todo a partir del fracaso de su predicación y de los anuncios de su muerte (Me 8,31) como fundamento de la Nueva Alianza (Mc 14,24), se señala claramente que no tienen por qué ser iguales el pueblo de Israel y la comunidad mesiánica.
La intención de la fundación de la Iglesia, se ha de atribuir a Jesús durante su vida pasible, como lo muestra la existencia del grupo de los Doce (v. APÓSTOLES) y el comportamiento de Cristo con ellos, (principalmente Pedro - Piedra) puesto que lo congrega a su alrededor, les instruye constantemente y, sobre todo, les hace partícipes de su plena autoridad mesiánica, lo cual presupone que la comunidad de los Doce va a continuar después de su muerte. La misma institución de la Eucaristía con un mandato de repetición en memoria suya está indicando la permanencia del grupo. La continuidad de los Doce está ampliamente formulada por Jesús resucitado (Mt 28,19-20; Le 24,44-49; lo 20, 21-23; 21,15-18).
El nacimiento de la Iglesia, ha de situarse en la Muerte y Resurrección del Señor, por ser el misterio en el cual se realiza la salvación: «murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación» (Rom 4,25; cfr. 1 Cor 15, 17). Su sangre es el precio que pagó para adquirirnos como pueblo suyo (Mc 10,45; 14,24; Mt 26,28; Hch 20,28; 1 Cor 6,20; 7,23; 1 Ped 1,18-19; Ef 5,23.25.27) (cfr. Col. 1,22; Ef 2,16; Col 2,11). Dios puso a Cristo como cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo (Ef 1,22-23). Según Ef 1,19-23 uno de los efectos de la Resurrección es el constituir a Cristo cabeza de la Iglesia; y según Col 1,18-19 el papel de cabeza de la I. le viene a Cristo por ser el primogénito de los resucitados. El cuerpo resucitado de Cristo se ha hecho espíritu vivificante (1 Cor 15,45). El cuerpo resucitado y glorioso de Cristo es nuestro manantial de salvación (Phil 3,21; Rom 8,29;
1 Cor 15, 49; Rom 1,4; cfr. Col 2,12; Ef 2,4-7) cuya fuente es Cristo. La 1. es una asamblea de muertos y resucitados con Cristo (Col 2,12; 3,1-3) mediante el bautismo (1 Cor 12,12-13; Gal 3,27-
29). Por eso hasta la Resurrección del Señor había discípulos, pero no había Iglesia. La unción del Espíritu Santo sobre la Iglesia, es un don del Cristo resucitado (lo 7,38-39) que tiene como efecto primario su capacitación profética en orden a la palabra de Dios y a su actividad salvífica (Hch 5,3.9; 8,29.39; 9,31; 13,2; 15,28; 16,6; 20,23; 21,11).
ALGUIEN PODRIA HACER UN RESUMEN DE ESTO LE DOY 15 PUNTOS
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soy un genio que
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