Por que te ayuda a pensar bn y a refleccionar

Respuestas

Respuesta dada por: sofiasuarezcuadros1
0

Respuesta:

Pensar bien, tener un mayor control sobre el flujo de nuestros pensamientos es invertir en calidad de vida. Porque quien controla el rumor de la negatividad es capaz de influir directamente sobre sus emociones. Porque quien piensa y siente mejor influye en su comportamiento, en su organismo e incluso en su propia salud. Al fin y al cabo, la felicidad parte de lo que ocurre dentro de nosotros, no fuera.

A pesar de que todos tengamos claros estos principios, en nuestro día a día sigue pesando en exceso esa voz crítica y amante de la negatividad. Es ella la que nos recuerda los fallos del ayer. Es esa presencia la que tira de nosotros para llevarnos al umbral de la ansiedad, anticipándonos lo que puede o no puede ocurrir si no hacemos esto o lo otro. Lejos de desesperarnos por este estilo de pensamiento que a menudo nos caracteriza

Los neurocientíficos nos recuerdan que el cerebro humano está programado para centrarse en lo negativo. No es una maldición ni un castigo impreso en nuestro ADN. Es nuestro mecanismo de supervivencia. Al anticipar los peligros (aunque estos no sean reales) preparamos a nuestro organismo para defendernos de ellos. Dimensiones como la preocupación, la inquietud o la ansiedad liberan al instante diversas sustancias químicas como el cortisol, para permitirnos estar siempre «alerta».

Por otro lado, algo que nos señalan también los neuropsicólogos es que los pensamientos negativos actúan como el humo del tabaco. No solo impactan sobre nuestra salud y bienestar. A menudo, quedan impresos en nuestros entornos, afectando a nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo… Porque el cerebro de quien nos escucha también cambia, también acaba sintiéndose nervioso e irritable…

Aprendamos por tanto a pensar mejor, invirtamos en calidad de vida entrando el estilo de nuestros pensamientos.

Explicación:

Respuesta dada por: emarodaem12
0

Respuesta:

La mente, los pensamientos, los supuestos y las creencias guían nuestras acciones. Es tan poderosa ésta influencia que terminamos por hacer lo que pensamos. Si pensamos en cierta dirección, allá nos dirigiremos. El pensamiento está atrás de lo que sentimos, la realidad pensada, hace a la realidad sentida, así la persona es lo que piensa y ésta situación nos obliga a manejar nuestros pensamientos, a pensar bien, para actuar bien. La facultad de pensar alcanza su más alta manifestación cuando reflexionamos, consideramos y lo hacemos con cierto rigor, lógico y coherente. Lo que hoy pensamos moldea nuestro mañana. La mente de una persona y la manera cómo razona y reflexiona, es una de sus mayores riquezas. El don de pensar merece ser cuidado y cultivado durante toda la vida, para ordenar nuestros pensar, dándole forma correcta a nuestras convicciones y enfocando nuestras reflexiones hacia acciones valiosas y correctas. “Mente sana en cuerpo sano”, la famosa máxima latina, se ha distorsionado de tal manera que ahora lo importante es tener cuerpos musculosos, sin importar la mente y las convicciones. Nuestro cuerpo es valioso cuando sigue a la mente. El don del pensamiento hay que cuidarlo, sin sofocarlo o destruirlo. Existen dos procesos básicos de la mente: Razonar, que se aproxima a calcular, a medir y a evaluar. El razonar se expresa por medio de conceptos, opiniones o consideraciones e Imaginar que es el ámbito de las ideas y de las posibilidades. Crear y construir (aunque también de destruir). Con la misma mente podemos hacer el bien o el mal. La mente no es buena o mala, es un procesador. Somos nosotros, con nuestra capacidad consciente, los que llevamos a la acción lo que razonamos o imaginamos. Escogemos valores por los cuales nos queremos regir. La mente es un creador de nuevas cosas y nuevas ideas. Pero somos libres, lo que significa que el destino de cada quien está bajo el propio control. Cuando reconocemos y adecuamos a nuestro pensamiento valores y principios podemos actuar de claridad y de manera correcta. El proceso del “pensamiento adecuado”, guía nuestras convicciones y acciones. Tan importante es lo que pensamos como la manera de aprender a pensar. Pensar racionalmente, sin caer en el autoengaño o las creencias sin fundamento, resulta fundamental para enfrentar la vida y mantenernos psicológicamente saludables.

Explicación:

Preguntas similares