• Asignatura: Religión
  • Autor: VALEJIIMN
  • hace 8 años

AYUDEN CON UNA ENSEÑANZA DE ESTE CUENTO : En el camino del amor al cual he sido convocado, pronto surge la exigencia de dar y darme en un lugar que cuesta, la familia. Cuesta, porque son tan cercanos a mí, me conocen tan bien, saben tanto acerca de mis dificultades y de mi pecado, que quizá no crean en mi amor. Cuesta, porque también a mí resulta creer del todo en personas tan cercanas y conocidas. Cuesta, porque vivimos tan cerca unos de otros, que a veces damos por supuesto el amor y no consideramos necesario expresárnoslo.

Pero, aunque cueste, la familia es un lugar de amor, un lugar donde me han enseñado a amar y un lugar donde tengo que aprender a amar a pesar de todo. A veces es más fácil amar a los de lejos; darse allí donde uno no es tan conocido. Muchos, de hecho, aman a los de afuera y en su propio hogar se aíslan, se hunden en el silencio y se van quedando sin dar amor.

Para mi bien o para mi mal, mi familia está ahí. Lo quiera o no. No la escogí yo; pero ahí está. Mi familia está en mí. Yo soy lo que he aprendido en la convivencia familiar. Mi familia me dado las imágenes de padre, madre, hermano, autoridad, de Dios, que han de predominar en mi vida. Además, mi cariño, mi afecto, mi manera de confiar en los demás, mis gustos e ideales, mis dificultades y frustraciones son, hasta cierto punto, las mismas realidades de mi familia”.

Respuestas

Respuesta dada por: ibagcristina123
4

Para mí una enseñanza es que a veces no creemos ser suficiente para alguien pues como ya nos conocen talvez no esperan más de lo que ya saben que hacemos.

Otra es que nos muestran la idea de que debemos hacer o como debemos ser poner a Dios primero, portarnos bn y así.

Respuesta dada por: ethanmateogarciagome
1

Respuesta:

: En el camino del amor al cual he sido convocado, pronto surge la exigencia de dar y darme en un lugar que cuesta, la familia. Cuesta, porque son tan cercanos a mí, me conocen tan bien, saben tanto acerca de mis dificultades y de mi pecado, que quizá no crean en mi amor. Cuesta, porque también a mí resulta creer del todo en personas tan cercanas y conocidas. Cuesta, porque vivimos tan cerca unos de otros, que a veces damos por supuesto el amor y no consideramos necesario expresárnoslo.

Pero, aunque cueste, la familia es un lugar de amor, un lugar donde me han enseñado a amar y un lugar donde tengo que aprender a amar a pesar de todo. A veces es más fácil amar a los de lejos; darse allí donde uno no es tan conocido. Muchos, de hecho, aman a los de afuera y en su propio hogar se aíslan, se hunden en el silencio y se van quedando sin dar amor.

Para mi bien o para mi mal, mi familia está ahí. Lo quiera o no. No la escogí yo; pero ahí está. Mi familia está en mí. Yo soy lo que he aprendido en la convivencia familiar. Mi familia me dado las imágenes de padre, madre, hermano, autoridad, de Dios, que han de predominar en mi vida. Además, mi cariño, mi afecto, mi manera de confiar en los demás, mis gustos e ideales, mis dificultades y frustraciones son, hasta cierto punto, las mismas realidades de mi familia”

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