• Asignatura: Religión
  • Autor: barajasmosqueramaria
  • hace 7 años

¿Qué aspectos o hechos concretos dan al hombre y a la mujer impulso para aferrarse a la vida y por qué?

Respuestas

Respuesta dada por: stephania9886
3

Respuesta:

Explicación:mira yo te ayudo pero la verdad eso está muy largo usted verá

trabajo. Así, los hombres han aprendido a ser competitivos e independientes y a organizar

equipos, mientras que ellas han aprendido a ser sensitivas para percibir al momento los

estados de ánimo de los demás.

En un estudio -cuanto menos, curioso- realizado en 1990, se preguntó a 500 hombres y

mujeres directivos de empresa, que describieran las características que ellos consideraban que

debía tener un directivo de éxito. La mayoría habló de competitividad, habilidad para el

liderazgo, confianza en sí mismo, objetividad y deseo de adquirir responsabilidades. Además,

estas cualidades eran identificadas con directivos masculinos y sólo una de cada tres mujeres

directivas. Sin embargo, al plantearles qué características echaban de menos en sus jefes,

destacaban la falta de carácter comprensivo, inteligencia, sensibilidad y simpatía con los

demás, cualidades que identificaban con directivos femeninos.

Por tanto, parece necesario lograr el equilibrio entre las habilidades masculinas y femeninas

en el seno de las organizaciones y, en general, en el mercado de trabajo. Sin embargo, si esto

es así, ¿cómo es que a estas alturas aún no hemos llegado a ese equilibrio? ¿O sí lo hemos

hecho? ¿Es necesario seguir hablando de la igualdad de oportunidades?

Desgraciadamente tenemos que afirmar que la discriminación en el entorno laboral sigue

siendo un fenómeno cotidiano y universal y, por tanto, sí que es necesario hablar de igualdad

de oportunidades. De hecho, se produce una discriminación cada vez que se rechaza o escoge

a un trabajador por el color de su piel, cada vez que se niega un puesto en el consejo de

administración a una directora competente o que se le atribuye un sueldo inferior al de un

colega con la misma productividad. Asimismo se comete una discriminación cada vez que se

exige una prueba de embarazo para considerar la candidatura de una mujer, o cuando se

deniega una licencia comercial a un empresario por sus creencias religiosas o cuando se exige

a una mujer el permiso de su marido para concederle un préstamo bancario.

Dedicaremos el siguiente apartado a la discriminación por razón de sexo, aclarando qué

entenderemos por discriminación y qué no. A continuación, en el tercer apartado analizaremos

las desigualdades en el acceso, la ocupación y el salario de hombres y mujeres. El cuarto

apartado lo dedicaremos a las acciones normativas que pueden regular las situaciones de

discriminación. Seguidamente, en el quinto apartado de esta ponencia, y dado que estas

jornadas están dirigidas a empresarias, analizaremos el punto de vista del empleador,

centrándonos en la visión acerca de la igualdad que éste suele tener y dando pautas para la

introducción de políticas de igualdad en sus negocios. Finalmente, dedicaremos nuestro último

apartado a recoger algunas de las principales conclusiones.

2. Discriminación por razón de sexo

2.1. Los comienzos

Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras los hombres luchaban en el frente, las m

masculina. Una vez finalizado el conflicto mundial, cuando los hombres regresaron de la

guerra, la presencia de las mujeres en el mercado de trabajo pasó a considerarse como una

amenaza para el empleo de los hombres y para la calidad de las condiciones de trabajo en

general.

Se temía que la mano de obra femenina, al ser más económica, restringiera el número y los

tipos de trabajos disponibles para los hombres, a la vez que condenara a las mujeres a

desempeñarse en ocupaciones menos prestigiosas, en condiciones laborales peores y en

régimen de explotación.

En ese entonces, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se situó en la vanguardia

elaborando un Convenio que ratificaba uno de sus principios constitutivos de 1919. De esta

forma, en 1951 se firmó el Convenio sobre igualdad de remuneración, donde se afirmó la

importancia de la igualdad entre hombres y mujeres en materia de remuneración, la cual

comprendía “el salario o sueldo ordinario, básico o mínimo, y cualquier otro emolumento en

dinero o en especie, en concepto del empleo del trabajador”. Una característica innovadora de

este Convenio residía en la garantía de “igualdad de remuneración por un trabajo de igual

valor”, y no sólo por un trabajo “igual” o “similar”. Este planteamiento permitió abordar por

primera vez los prejuicios sexistas atendiendo a la estructura de los mercados laborales, ya

que la mayoría de las mujeres realizaba trabajos diferentes de los que desempeña la mayoría

de los hombres.

2.2. ¿Qué es discriminación?

Antes que nada, nos interesa clarificar qué entendemos por discriminación.

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