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Respuesta:Inicio nuestra conversación de hoy aproximándome a la pregunta por la utilidad que tendría el estudio de la filosofía para nuestras sociedades en sus actuales circunstancias. ¿Para qué sirve la filosofía?, ¿para qué filósofos? De modo tal que las reflexiones filosóficas que desarrollo a continuación se enmarcan dentro de la corriente pragmatista, aquella que define el sentido racional, la racionalidad, como la capacidad que tenemos de alcanzar y enunciar juicios entre nosotros que apelen a nuestra sensatez, gracias a la cual, podamos conseguir a futuro -en nuestra relación como dialogantes- una cooperación razonable, útil y válida para toda actividad que pongamos en práctica en nuestra sociedad.
Ahora bien, a la luz de lo anteriormente expuesto, ¿qué estoy entendiendo por filosofar? Considero que la labor filosófica estriba en que nos formemos en los contenidos que la historia de la filosofía nos dona a través de sus autores para que, a partir de sus análisis y problematizaciones, logremos construir reflexiones con argumentos sensatos que nos permitan ponernos de acuerdo entre nosotros. Lo anterior es con el fin de resolver los diversos problemas sociales que impiden el progreso moral en nuestras sociedades. Pero, más precisamente, ¿qué estoy entendiendo por progreso moral?, ¿para qué se coopera?, ¿con qué fin?
Derechos Humanos y Progreso moral
Con esta aproximación a la reflexión filosófica, entre muchas otras posibles, se busca alcanzar un diálogo franco, prudente y reposado entre los interlocutores, gracias al cual, podamos localizar en nuestra reflexión aplicada a la sociedad los indicadores culturales, los léxicos, las palabras que contribuyan y faciliten la comunicación auténtica entre nosotros y, por ende, que nos garanticen un verdadero diálogo social basado en el reconocimiento del otro como un igual, base de toda auténtica sociedad guiada por los Derechos Humanos.
Y, precisamente, estoy entendiendo por progreso moral en nuestras sociedades a que seamos capaces de avanzar sensiblemente en solidaridad, en mejorar para bien, en perfeccionarnos como personas porque damos cuenta de nuestro prójimo, cada vez más y mejor, al auxiliarlo y ayudarlo a empoderarse de sus derechos a ser tratados como personas. Progresar moralmente como sociedad, como individuos supone que con nuestra acción solidaria y reflexiva contribuimos de facto a alcanzar las reivindicaciones sociales justas en pro de los más vulnerables. Esto es así porque respondemos concretamente a sus necesidades de libertad, igualdad y justicia social.
Afirmamos que la filosofía se torna útil en la medida en la cual nos capacita para conversar razonablemente entre nosotros fomentando valores como la tolerancia, la esperanza, la responsabilidad social, la solidaridad, el respeto mutuo, la honestidad y por sobre todas las cosas, la confianza en el otro que nos permitirá tejer lazos de hermandad entre nosotros. Gracias a la voluntad de escucha que la sostiene, su acción es profundamente demócrata puesto que busca capacitarnos para que alcancemos como seres humanos a dialogar, como ciudadanos a participar en nuestros espacios más cercanos siempre buscando alcanzar en la conversación mutua mayores niveles de transparencia, empatía y reciprocidad.
Explicación: