resume el poema de sembrar es escribir de Pedro sevilla quién me conteste le doy la mejor respuesta
volvía del trabajo con su eterno cigarro,
con sus blancas camisas jornaleras,
y mientras preparaba mi madre agua caliente
y él ponía en la radio las noticias,
yo me daba a pensar, a imaginármelo
esparciendo semilla entre los surcos
que luego el sol, el agua y la paciencia
mudarían en verde y en espigas,
en pan para las dulces meriendas de los niños.
ahora que soy mi padre
esparzo estas palabras
en el raro silencio de un cuaderno,
les pongo el corazón y espero que germinen:
que la escritura alcance madurez cereal
y que un día alguien pueda,
como un trozo de pan y de memoria,
hacer de estos poemas su alimento.
Respuestas
Respuesta:
Que Pedro Sevilla medite sobre la muerte no es algo que haga obligado solo por esa
necesidad que los poetas tienen de detenerse en los grandes temas universales de la poesía.
Puede ser inevitable para algunos recordar el libro Corral de muertos (1953) de nuestro
siempre maestro Julio Mariscal, aunque si algo los une, acaso, es el simbólico homenaje a quien tan
sentidamente recreó el tema de un cementerio de pueblo donde no siempre las cenizas fueron polvo
enamorado. Porque el último libro de Pedro Sevilla en nada se parece al de Mariscal, porque Serán
ceniza son veintiséis poemas luminosos. Escribir es sembrar, nos dice el poeta, y, de esa siembra,
los poemas son alimento de su vida.
Explicación:
Espero q te sirva mi respuesta
ahora que soy mi padre
Un hijo (quien recita el poema) se sentaba junto a su padre sin decirle nada a su padre.
El padre, se pasaba todo el día trabajando. Mientras el padre veía la Televisión o escuchaba la radio, el hijo se imaginaba a su padre trabajando en el campo, que con paciencia, se pondría verde, y sería una rica merienda para los niños.
El hijo admiraba a su padre, y se lo imaginaba, ignorando a todo, admirando las plantas.
El hijo sabía que el trabjo de su padre era un gesto moral.
Los campesinos brindaban por la lluvia o se ponían a llorar por los granizos que destrozaban el sembrado.
Ahora el hijo lo imita, solo que sembrando de una manera diferente: sembrando, y que alguien algún día pueda hacer como con el pan: hacer de el poema su alimento.
y sin decirle nada me sentaba a su lado
porque junto a su pecho se esfumaba mi angustia
y también porque olía su ropa a sol y a lumbre,
a campo y a honradez.