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el mundo no es bipolar. O todavía no lo es. No obstante, hay ciertos movimientos que dejan entrever la posibilidad de que este viejo término, “bipolaridad”, podría sustituir bastante pronto a los inventos asociados al vocablo “multipolaridad” del mundo. Ni la cosa ni la otra. Cuando llegó Hugo Chavez al poder, pocos lo vieron como una amenaza a la democracia, y menos todavía como una amenaza a la seguridad internacional. Pero ahora, cuando la Constituyente ya ha sustituido la Asamblea democráticamente elegida, cuando el lazo narco-petrolífero entre Cuba, Venezuela e Irán es obvio, llega el momento de intentar a analizar los cambios de la política internacional a través del régimen totalitario de Venezuela
¿Cuáles son los actores de la política internacional que trata de rescatar a Nicolás Maduro? Rusia, China, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Irán, o sea, países poco ejemplares cuando se trata de democracia. Por otro lado, tenemos a los Estados Unidos, la Unión Europea, Colombia, México, Perú, Brasil, Chile, que hacen declaraciones contra el golpe de estado de Maduro, pero no actúan. El principio de injerencia democrática sería el único instrumento del derecho internacional que, en mi opinión, podría aliviar la situación de los venezolanos, que carecen de comida y medicinas básicas. Pero, como los venezolanos no son refugiados, muchas fuerzas políticas prefieren guardar un sepulcral silencio. No faltan ejemplos en España, pero, ojo, también en Gran Bretaña, donde el laborista Jeremy Corbyn es ampliamente criticado por no pronunciarse sobre la dictadura de Venezuela. El año pasado él tuvo que eliminar una serie de artículos donde analizaba este país como un ejemplo de la “utopia socialista”. ¡Qué pedir de los partidos políticos si ni siquiera el Papa Francisco se atreve a pronunciarse abiertamente contra el crimen venezolano! Ahora ya tiene excusa, porque el viernes salió un comunicado preparado por el cardenal Pietro Parolin, antiguo nuncio en Caracas. ¿Puede servir de excusa el comunicado de la Santa Sede para que el Papa siga de perfil bajo sobre el sátrapa Maduro? No se olvide que Francisco recibió con todos los honores al dictador. ¿O el Papa, quien visitó en su casa a Fidel Castro, se alegró de la cruz de Evo Morales y bendijo a Nicolás Maduro, prefiere no criticar a sus amigos?
Poco halagüeño es el futuro internacional. Muchos dirán que nos estamos jugando el cumplimento de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en Venezuela, pero, sospecho, que está visión peca de miope. En el año 2009 Robert M. Morgentau, el fiscal estadounidense, alertó sobre la aparición del eje Irán-Venezuela y no descartó la posibilidad de que los misiles construidos por Irán podrían ser utilizados en América del Sur. Su gran experiencia le sirvió para avisar sobre los lazos que pueden ser letales para la seguridad. Pasados ocho años, el vice-presidente de Venezuela es Tareck El Aissami, de origen sirio-libanes, estrecho colaborador con Teherán desde los tiempos de Chávez. Dos son los objetivos que él perseguía: la colaboración de Argentina en el desarrollo de las armas nucleares en Irán y conceder a los ciudadanos de Irán, entre cuales probablemente hallamos a los terroristas de Hezbollah, los pasaportes venezolanos para facilitarles movilidad internacional. Esta misma semana, los EEUU, apoyados por Gran Bretaña, Alemania y Francia, presentaron una moción contra Irán quien lanzó un satélite, señalando que el tipo de misil utilizado es apto para transportar las armas nucleares. Este hecho ha sido posible gracias al acuerdo nuclear promovido por Barack Obama y aplaudido por Rusia y China, porque amplió oportunidades para su mercado de misiles.
Son, precisamente, Rusia y China los últimos aliados de Maduro que nos quedan por analizar. En Oriente Medio, Irán colabora estrechamente con Moscú y solicita a Putin para impedir cualquier interferencia por parte de los EEUU en Siria, apelando a la integridad territorial del país. Rusia y China jugaron su papel en la disminución de las sanciones contra Irán, promovida por el acuerdo nuclear de Barak Obama. Y si alguien duda de que faltan lazos entre China y Venezuela, he aquí la clave: los años de Chávez y Maduro incrementaron las inversiones chinas y sus prestamos como en ningún otro país de la región, muchas industrias venezolanas estás controladas por el capital chino que tiene, dicho sea para finalizar, el privilegio de contar con zonas económicas especiales, disminuyendo el riesgo de cualquier posible interferencia gubernamental en sus negocios