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Sobre el tema del Estado de Derecho existe una inmensa literatura en muchos Idiomas, pero espero su comprensión por la manera necesariamente rápida y un tanto apodíctica con la que me corresponde tratarlo. Mi intento sólo es el de reflexionar sobre algunos problemas que la idea del Estado de Derecho le plantea al jurista y al científico social de nuestro tiempo, en vista de los grandes cambios sociales que han ocurrido desde los siglos XVII y XVIII, en que esa noción entró en el léxico político. Son problemas tan reales que en la década de 1980 la conocida politóloga Judith Shklar, profesora en Harvard, pudo decir, con palabras tan contundentes que hoy aparecen también en Wikipedia, que "the phrase 'the Rule of Law has become meaningless thanks to ideological abuse and general overuse". Desde aquel tiempo el mundo ha cambiado aún más. Para poner el ejemplo más común y simbólico, el muro de Berlín fue derrumbado, abriendo una época que la retórica de aquellos años describió como "el estallar de la paz". Pero ese optimismo resultó infundado: la ruptura del orden mundial bipolar ha generado una sucesión de conflictos de naturaleza inusitada y cuyo resultado final sigue siendo totalmente incierto. Conflictos que - lo subrayo - afectan profundamente el tema que estamos tratando. Los problemas que se plantean respecto al Estado de Derecho comienzan con su definición misma y por tanto con su contenido. Permítanme olvidar por el momento el hecho de que la expresión en la tradición romanista a la cual pertenecemos (Estado de Derecho, Rechtsstaat, Stato di diritto, État de droit) no encuentran una correspondencia literal en inglés que, para referirse al concepto, oscila entre una expresión relativamente neutral como Rule of Law y una expresión más rica de contenido como Constitutional State. Estas variaciones semánticas impondrían una reflexión histórica, filológica y filosófica que van más allá de nuestro propósito en esta conferencia.