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Respuesta:
1. El hecho que la ralentización económica sea previa a la aparición del Covid-10 no tiene que llevarnos a negar ni el impacto económico de la epidemia (interrupción de determinadas producciones, ruptura de las cadenas de suministros, impactos sectoriales sobre el transporte aéreo y el turismo, etc.), ni la seria amenaza que en sí misma constituye. Fenómeno disruptivo con una dinámica exponencial, la epidemia constituye un amplificador específico de la crisis económica y social. También revela la fragilidad del sistema capitalista y los peligros que supone el mismo para las clases populares, sobre todo debido a su productivismo congénito basado en las energías fósiles, causa fundamental de la crisis ecológica y climática.
2. Atajar la epidemia hubiera exigido adoptar de forma urgente estrictas medidas de control sanitario de las personas provenientes de las regiones afectadas, identificar y aislar a las personas contaminadas, limitar el transporte y reforzarlos servicios sanitarios. Atrapados en las políticas neoliberales con las que intentan hacer frente a la ralentización económica, los gobiernos capitalistas han tardado en adoptar esas medidas, y cuando las han adoptado lo han hecho de forma insuficiente, lo que les obliga a posteriori a adoptar otras más severas, sin lograr, a pesar de ello, dejar de correr detrás de la propagación del virus. Con motivo de esta crisis es necesario poner en cuestión el sistema de cero stocks, la austeridad presupuestaria aplicada al sector sanitario y al de la investigación, así como la flexi-precariedad del trabajo.
Explicación:
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1. El hecho que la ralentización económica sea previa a la aparición del Covid-10 no tiene que llevarnos a negar ni el impacto económico de la epidemia (interrupción de determinadas producciones, ruptura de las cadenas de suministros, impactos sectoriales sobre el transporte aéreo y el turismo, etc.), ni la seria amenaza que en sí misma constituye. Fenómeno disruptivo con una dinámica exponencial, la epidemia constituye un amplificador específico de la crisis económica y social. También revela la fragilidad del sistema capitalista y los peligros que supone el mismo para las clases populares, sobre todo debido a su productivismo congénito basado en las energías fósiles, causa fundamental de la crisis ecológica y climática.
2. Atajar la epidemia hubiera exigido adoptar de forma urgente estrictas medidas de control sanitario de las personas provenientes de las regiones afectadas, identificar y aislar a las personas contaminadas, limitar el transporte y reforzarlos servicios sanitarios. Atrapados en las políticas neoliberales con las que intentan hacer frente a la ralentización económica, los gobiernos capitalistas han tardado en adoptar esas medidas, y cuando las han adoptado lo han hecho de forma insuficiente, lo que les obliga a posteriori a adoptar otras más severas, sin lograr, a pesar de ello, dejar de correr detrás de la propagación del virus. Con motivo de esta crisis es necesario poner en cuestión el sistema de cero stocks, la austeridad presupuestaria aplicada al sector sanitario y al de la investigación, así como la flexi-precariedad del trabajo.