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Aunque queda muy claro que la decisión de expropiar las empresas petroleras extranjeras en México, obedeció más a acuerdos internacionales entre el gobierno de Lázaro Cárdenas con Estados Unidos, ante las presiones del régimen nazi de Adolfo Hitler.
La exploración y explotación del petróleo en territorio Méxicano podría haberles dejado una gran bonanza que todavía disfrutarían los mexicanos de estas generaciones.
Sin embargo, el saldo es negativo. Hubo un presidente como José López Portillo, que nos alertó para prepararnos para la administración de la riqueza. Este político, traicionado por sus cercanos colaboradores que en los momentos de mayor intensidad en los mercados petroleros, simplemente vendimos a precio de cacahuates nuestras reservas, lo que perduró por otros lustros.
o eso es lo que opino, espero que te sirva :')
