Respuestas
Respuesta:
1. La influencia del Padre en el hijo:
En nuestros días la idea del padre desvinculado de sus hijos se ha convertido en algo frecuente en nuestros pensamientos. San José nos recuerda el verdadero sentido de la paternidad. La presencia insustituible del padre en la educación de los hijos es algo que necesitamos volver a conquistar como sociedad. San José con el niño en los brazos nos lo recuerda, un padre amoroso y protector del cual los hijos puedan aprender y crecer seguros a su lado, incluso en las carencias y situaciones más difíciles.
2. La alegría de ser un buen esposo
La fidelidad inquebrantable de San José es un signo contundente y firme frente a la imagen de un varón infiel, lujurioso, egoísta e incluso violento, que es tan común asumir como normal en nuestros días. Cuántas veces escuchamos, decimos y afirmamos que «todos los hombres son iguales» sin saber que con esta frase justificamos un comportamiento que achica la personalidad del varón, lo limita y espera menos de lo que realmente es. Lo priva de poder ser grande y desplegarse completamente.
3. La fortaleza física al servicio de la familia:
La imagen de una masculinidad violenta hace que la fortaleza física no sea valorada como una virtud. Muchos niños crecen sin tener cerca a un padre del cual puedan aprender y valorar lo que es la virilidad. San José pone al servicio de su familia esta fortaleza física natural en él, una fortaleza que tiene como misión el proteger, el ayudar, el servir. Una fortaleza que de ninguna manera sirve para el abuso de autoridad ni de ningún otro tipo.
4. El silencio, esa características que muchas veces encontramos tan irritante:
El silencio de los varones es una característica bien conocida por las mujeres. Cuántas veces podemos incluso perder la paciencia por esos silencios prolongados de los esposos. San José también era un hombre silencioso, es más se dice de él; San José, santo del silencio. Tanto que aprender del silencio. San José en el silencio escuchaba la voz de Dios, no era un silencio indiferente ni estéril. No era un silencio que ignoraba o que buscaba pasar la página y evitar el confrontar o solucionar problemas. San José escuchaba, meditaba en su corazón para poder tomar las mejores decisiones para su familia y para él mismo. «Cuando el silencio sea indiferente, San José ayúdame a escuchar a Dios».
5. El valor del trabajo duro:
En aquella época si el varón de la casa no trabajaba la familia no subsistía. San José obrero, carpintero de profesión, trabajó siempre por el sustento de su familia. La constancia de su trabajo, la seguridad de su familia. Imagínense el camino que se habrá tenido que abrir en Egipto, sin familia, sin apoyo de conocidos, extranjeros tal vez víctimas de prejuicio y discriminación, el trabajo de José era la única arma que tenían para subsistir.
6. El valor del buen discernimiento :
Las respuestas apresuradas y decisiones impulsivas sobre todo en época de crisis no son lo mejor. San José, incluso en una decisión tan dura como la de aceptar el embarazo de su prometida, decide repudiarla pero en secreto, meditando qué era lo que menos iba a perjudicarla, lo que menos escándalo iba a levantar. No lo hace apresuradamente, lo medita, lo «sueña», y en ese soñar escucha la voz de Dios a través de un ángel que sale al encuentro y lo aconseja.
7. Castidad y juventud:
Al ser los primeros capítulos de Mateo y Lucas las únicas fuentes de la revelación sobre quién era San José, no es raro que los hombres hayan tejido distintas historias sobre este gran santo. De José sabemos poco, ha sido creencia frecuente pensar que era un viudo que tenía casi 90 años y se casó con una mujer muy joven. Esto parece estar muy lejos de la realidad, en aquella época los hombres se casaban muy jóvenes, San José al momento de desposar a María debió haber tenido unos 18 o 20 años. Sin embargo, la imagen del San José como hombre viejo caló dentro de la cultura popular y es por esto que muchos artistas lo han representado como un hombre mayor.
Explicación:
Respuesta:
10 Virtudes y 15 cosas admirables que todo hombre debe imitar de san José Se describe a José como “un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. Con esas virtudes, ha destacado sus reacciones ante el acontecimiento de que su mujer, María, esperaba un hijo del Espíritu Santo.
Explicación: