Respuestas
Respuesta: utilizando sus células.
Respuesta:
Desde que en 1997 se hiciera público el caso de Dolly, la clonación por transferencia nuclear ha despertado un enorme interés en los medios de comunicación. Pero los comentaristas se han preocupado más de especular sobre posibles ejércitos de dictadores o deportistas clonados, y aplicaciones secundarias, como la sustitución de mascotas. En este ensayo queremos situar la transferencia nuclear en un contexto más amplio y destacar las consecuencias más sutiles y a la vez profundas del trabajo.Los expertos han debatido la cuestión del desarrollo animal desde la Antigüedad. En el siglo iii a.C., Aristóteles reconoció la importancia de la reproducción sexual y propuso dos modelos alternativos. O la estructura del animal completo ya estaba preformada en miniatura dentro del óvulo o el embrión, o nuevas estructuras iban surgiendo poco a poco. Aristóteles se inclinó por la segunda idea, pero al carecer de la tecnología adecuada la cuestión siguió siendo durante siglos objeto de interminables debates filosóficos. El preformismo se convirtió en la doctrina más extendida en la Europa de los siglos xvii y xviii, tal y como ilustra el grabado del siglo xvii de la figura 1. Animado por el descubrimiento de los espermatozoides, o «animalucos» como se les llamaba entonces, el físico y microscopista Nicholas Hartsoeker propuso que en su interior podía estar la estructura de un diminuto feto. Hartsoeker conjeturó que la cabeza del espermatozoide crecía hasta formar el feto y que la cola se transformaba en el cordón umbilical, mientras la función del óvulo sólo consistía en proporcionar un nido para facilitar el desarrollo del nuevo ser.
Explicación:
Pero hasta después de 1830 no se pudieron realizar estudios fiables. Fue entonces cuando el naturalista británico aficionado Joseph Jackson Lister inventó el microscopio compuesto. Los instrumentos con más de una lente proporcionaban suficiente resolución para distinguir por primera vez la estructura detallada de tejido vivo. Podría decirse que la biología moderna nació en 1839, cuando Theodor Schwann y Matthias Schleiden demostraron que los seres vivos se componían de células. Poco después, Albrecht von Kölliker demostró que los espermatozoides y los ovocitos (huevos) también son células, pero la forma en que interactuaban para constituir un nuevo organismo seguía siendo un misterio. El eminente químico Justus von Liebig sugirió que el espermatozoide transmite sus cualidades masculinas al ovo cito a través de la vibración enérgica de sus colas. En 1854, George Newport describió sus estudios de fertilización en ranas y sugirió que el espermatozoide realiza su aportación penetrando el huevo. Hacia la misma fecha, las investigaciones microscópicas revelaron que nuevas células surgían de la división del huevo fertilizado, por lo que resultaba inverosímil que el desarrollo se produjera por pre formación.