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Respuesta:Las actividades económicas de los judíos en la Península Ibérica
La imagen de los judíos en la Edad Media está marcada por varios estereotipos, uno de ellos es el que los desprestigia por las actividades económicas que desempeñaban, por dedicarse a la usura, a los arriendos, al comercio y despreciar el trabajo de la tierra. Sin embargo, aunque hubo muchos judíos usureros y pocos labradores, esta minoría social se dedicó en general a las actividades a las que se dedicaban la mayoría de los cristianos.
Agricultura
En muchos lugares de la península la principal ocupación de los judíos fue la agricultura, con cultivos de cereales, viñedos y la huerta de regadío. En otras zonas fueron propietarios de tierras y no tanto agricultores.
Ganadería
La ganadería no fue tan desarrollada por los judíos, no obstante las aljamas contaban con un significativo número de ganado para el consumo de la comunidad.
Artesanía
La actividad artesanal fue desempeñada por la mayoría de los judíos de clase media e inferior. Encontramos sastres, tejedores, tintoreros, curtidores, zapateros, herreros, orfebres, o encuadernadores de libros.
Actividades mercantiles
Muchos de los hebreos también se dedicaron a las actividades mercantiles desde el pequeño comercio hasta el comercio internacional, predominando los pequeños tenderos y comerciantes.
Medicina
Los médicos judíos abundaron tanto en al-Andalus como en los reinos cristianos, pues su conocimiento de la ciencia médica les hizo ser demandados por reyes, eclesiásticos, nobles y particulares, a pesar de la prohibición de que los cristianos tuvieran médicos judíos a su servicio.
Judíos Prestamistas.
Miniatura de las Cántigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, s.XIII
Actividades financieras
Los judíos que disponían de mayores posibilidades monetarias fueron arrendadores y prestamistas. Estas fueron las actividades que acrecentaron la envidia y el antijudaismo de la población cristiana. Pero a pesar de las prohibiciones de la Iglesia contra la usura, todo el seno de la sociedad cristiana recurría a los prestamistas judíos. Muchos de estos notables financieros hebreos llegaron a estar al servicio de la monarquía en calidad de diplomáticos e intérpretes, por su conocimiento de la lengua árabe.
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