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UBICACIÓN GEOGRÁFICA
El pueblo indígena Wounaan, desde hace más de cinco siglos, vive a orillas del río San Juan en los límites de los departamentos de Chocó y Valle del Cauca. Los Wounaan habitan dispersos en las riberas, en diez asentamientos entre los que se encuentran: Burujón, Papagayo, Cabeceras, Malaguita, Puerto Pizario. Este pueblo recorre su territorio y conecta sus asentamientos en canoa y a pie. (Minsiterio de Cultura. República de Colombia)
POBLACIÓN
El Censo DANE 2005 reportó 9.066 personas que se reconocen como pertenecientes al pueblo Waunaan, de las cuales el 50,3% son hombres (4.563 personas) y el 49,7% mujeres (4.503 personas). El pueblo Waunaan se concentra en el departamento de Chocó, donde habita el 84,1% de la población. Le sigue Valle del Cauca con el 15,3% (1.390 personas) y Bogotá con el 0,3% (27 personas). Estos dos departamentos y la capital concentran el 99,8% poblacional de este pueblo. Los Waunan representan el 0,7% de la población indígena de Colombia.
LENGUA
La lengua nativa se denomina Woun Meu, es perteneciente a la familia lingüística Chocó y representa un factor de identidad étnica y cultural. (Ministerio de Cultura. República de Colombia.) De acuerdo al autodiagnóstico sociolingüístico de la lengua maach meu, del programa de protección a la diversidad etnolingüística Pueblo Wounaan, realizado específicamente para la región del Bajo San Juan, de los 8.199 Wounaan mayores de 2 años, 7.518 hablan bien macch meu, (91.6%) y 236 hablan poco (2,8%). Es decir que en total 7754 hablan maach meu, lo que corresponde al 94.5% de la población. (Ver gráfica 1). De las 8199 personas, 2585 son bilingües equilibrados, es decir, hablan bien maach meu y el castellano.
Cultura
En la cosmogonía Waunaan Ewandama es el héroe cultural que creó el mundo y a la gente del Río Baudó (Consejo Superior de la Judicatura). Los ancianos waunaan heredan a las siguientes generaciones las costumbres, creencias y normas de su sociedad, a través de relatos, consejos y conversaciones, propios de la tradición oral, además de que les instruyen en todos los oficios y papeles con los que deben desenvolverse en su comunidad. Las abuelas y las madres adiestran a sus nietas además de enseñarles las labores domésticas, les enseñan a conocer y manejar el territorio, para la explotación agrícola, pero también a concebir el territorio como espacio ritual y simbólico, a través del respeto de los lugares habitados por diferentes espíritus, así como de los sitos históricos y sagrados de la cultura Wounaan y Siepien