Respuestas
Respuesta:
A golpe de vista
Constituido su carácter, Mary Shelley creó productos filosóficos propios. Uno de ellos estuvo vinculado al Romanticismo. De esta manera Shelley se desvinculó del pensamiento ilustrado al dejar de creer en la idea de que la comunidad humana podía cooperar para generar progreso. Se sitúa más cerca del Romanticismo, como decimos, contra la razón estereotipada, aunque no comparte la idea romántica del individualismo. Deja de seguir el egoísmo individual al ser este motivo de catástrofes humanas.
Por otro lado, la obra de Shelley reflexiona sobre el conocimiento. Hay dos argumentos poderosos: por una parte destaca el entusiasmo del hombre en el conocimiento, y por otro refleja las consecuencias del uso irresponsable del mismo. Siguiendo este recorrido, su obra se acerca también al feminismo de su madre, Mary Wollstonecraft. La gran herencia de la misma fue su oposición a Rousseau y la creencia de que la mujer era inferior (de forma innata) al hombre; y que, además, había sido creada para darle placer a él. Según Wollstonecraff, la desigualdad no es innata, sino fruto de una educación deficiente. Así, debía de ser el ente público el que creara un sistema educativo que diera personas iguales con independencia del sexo. Este garantizaba el derecho a la razón ilustrada a través de derechos civiles (iusnaturalismo). También garantizaba el derecho a la virtud que también era universal.
Mary Shelley se empapó de las ideas feministas de su madre, Mary Wollstonecraft, quien pensaba que la desigualdad no es innata, sino fruto de una educación deficiente, y que se debía crear un sistema educativo que diera personas iguales con independencia del sexo
Mary Shelley absorbió todas estas ideas y las defendió en su obra a través de referencias y ejemplos (metáforas), pero desde el punto de vista del Romanticismo al que pertenecía. Se centró en lo cotidiano y en las pasiones humanas –más que en la razón– y defendió el derecho a la educación como motor de un futuro más igualitario. Podemos encontrar ejemplos en algunas de sus obras, como por ejemplo Mathilda, donde refleja la desigualdad del patriarcado y de la familia burguesa, o Lodore, en la que surge la idea de la importancia de la educación.
A vuelo raso
Otro elemento importante en su obra fue la política. Con un padre y marido políticos, era inevitable que Mary Shelley se viera implicada en el tema. Siempre estuvo al lado del liberalismo reformista de sus familiares, un planteamiento educativo que defendía la libertad individual. El contexto de Shelley fue el de la rivalidad entre el liberalismo y el conservadurismo, y ella se opuso a este último con sus ideas. No obstante, se independizó de sus antecesores al plasmar nuevas ideas al respecto y sincretizar las anteriores.
No comparte la idea del individualismo romántico ni el político (en Lodore, aparece todo esto). La ciencia fue un elemento muy importante en su obra. Por una parte, en ella, aparecen los avances científicos más importantes del momento, pues recoge desde la erupción del volcán Tempora hasta los experimentos de Galvani, de Erasmo Darwin (abuelo de Charles Darwin) y los tratados de electricidad de Franklin. Por otra, recoge el trabajo de Aldani (sobrino de Galvani) y sus experimentos de electricidad aplicados a cadáveres.
La ciencia es un elemento muy destacado en la obra de Mary Shelley
Mary Shelly hizo una mezcolanza de todos estos junto a la ciencia del Renacimiento. Con esto introduce en su discurso literario a Agripa y a Paracelso, desde el punto de vista de la relación entre lo corporal y lo espiritual (ejemplo: en Frankenstein o el moderno Prometeo, surge un Víctor –creador– que hace referencias a todos los mencionados antes y se centra en los experimentos eléctricos con cadáveres).
Al hilo de todo esto, la novela de Frankenstein supone una crítica a la revolución científica e industrial. No existía entonces un uso excesivo de la ética en la industria y la ciencia. El monstruo de Frankenstein es un ejemplo de lo que puede pasar si no hay ética en el uso científico: una abominación. Otro mensaje de Shelley fue el fracaso de la revolución científica. Con el monstruo queda claro que el hombre no es capaz de encontrar las causas últimas de la naturaleza y, por otro lado, también queda claro que este hombre no es el centro del universo. De su posición antropocéntrica pasa ahora al margen, ya que la historia de la naturaleza sucede sin pedirle permiso.