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Denotación y Connotación
Al aproximarnos al valor semántico (significado) de las palabras, descubrimos en ellas dos clases de valores que pueden dar lugar a diversos planos de significación: valor denotativo y valor connotativo. En un principio podemos decir que la denotación, el valor denotativo de una palabra, es el valor indicativo de dicha palabra, así, por ejemplo, la palabra perro hace referencia a un animal de la familia canina; es decir, es el significado de una palabra según se anota en el diccionario, que es el código explícito de un idioma. Pero esta misma palabra, “perro/a”, cuando se aplica a una persona adquiere un valor evocativo (connotativo) negativo de “una persona mala”. En este caso concreto de la palabra “perro”, el valor negativo, cuando se aplica a las personas, es tan frecuente y tan fijado en el idioma español, que los diccionarios incluyen ya un segundo significado de la palabra perro cuando se atribuye a una persona; es decir, un significado connotativo se ha lexicalizado para dar lugar a una palabra con dos valores denotativos.
Perro
Denotación
Connotación animal vertebrado, mamífero, canino
compañía, protección, fidelidad,
docilidad, mala persona, etc.
El ejemplo anterior de la palabra “perro” nos ha servido para diferenciar el valor denotativo del valor connotativo. Pero también ejemplifica la íntima relación entre ambos significados. El idioma es algo dinámico y constantemente se crean nuevos valores connotativos, mientras que otros desaparecen o se llegan a lexicalizar hasta adquirir tal fuerza referencial que se convierten en una segunda acepción denotativa de la palabra.
Es decir, asociamos el valor denotativo con el sentido explícito de las palabras, y el valor connotativo con un sentido sugerido, figurado, simbólico; pero entre ambos significados existe siempre una relación, aunque a veces sea tenue: el significado connotativo presupone el significado referencial denotativo. En este sentido decimos que la denotación es más “indicativa”, mientras que la connotación es más “evocativa”. Ambas dimensiones de significación son partes de un mismo proceso en el cual establecemos relaciones: asociamos el significado denotativo con la relación entre el signo y su referente (la palabra “perro” con un mamífero de la familia de los caninos), el significado connotativo relaciona el signo y su referente con otros signos de la cultura (por ejemplo, la palabra “rojo” y su significado como color, lo podemos asociar con la bandera comunista y darle el valor connotativo de la ideología comunista). En los textos escritos, las obras didácticas y los tratados hacen uso con preferencia de un lenguaje denotativo, mientras que en literatura se valora el lenguaje connotativo.
Veamos un ejemplo:
Coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre
(Garcilaso de la Vega)
Los sustantivos “primavera”, “nieve” y “cumbre” tienen un significado denotativo preciso que corresponde a la definición que encontramos en el diccionario; Sin embargo, en este terceto de Garcilaso se usan las tres palabras con un valor connotativo, que incluye el significado denotativo, pero proyectado metafóricamente a una persona: primavera = juventud; nieve = blanco; cumbre = parte más elevada. El poeta contrasta la juventud de una persona (primavera) con la vejez y el pelo blanco (nieve) en la cabeza (cumbre).