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Un mensaje de texto tiene una longitud de hasta 160 caracteres (que pueden ser palabras, números o una combinación alfanumérica). De ahí que los mensajes de texto tienen como característica principal su brevedad. Como consecuencia, se ha desarrollado un nuevo vocabulario que, más que por nuevas palabras, está compuesto por varios tipos de abreviaciones del lenguaje normal. Uno de estos tipos son las abreviaciones de palabras en pocas consonantes, como es el caso de “tmbn”, abreviación de “también”, “smpr” de “siempre”, “nd” de “nada”, y más. El siguiente ejemplo son los acrónimos: siglas de varias palabras que se pronuncian como una, por ejemplo, “tqm” que significa “te quiero mucho”, “cemento” que significa “como eres muy especial nunca te olvidaré”, entre otros. Otro caso es el uso de números o símbolos que representan sonidos que pueden estar incluidos dentro de alguna palabra, como el número cien que se utiliza al escribir escribir “siempre” como “100pre” o “siento” como “100to”; o el símbolo de por (‘x’) para cuando se usa esta palabra, es decir, sustituir “todo por ti” a “todo x ti”; por mencionar algunos. El último ejemplo es la supresión de vocales por las consonantes que, al decir su nombre, ya incluyen dicha vocal; es decir, suprimir la vocal “e” después de escribir “t”, “p”, “b”, etc., pues, al leer estas letras en voz alta, suenan como “te”, “pe” y “be”; o suprimir la vocal “a” cuando está escrita después de la consonante “k”, por la misma razón, lo cual lleva a que se use la letra “k” en situaciones ortográficamente incorrectas, como en la palabra “vaca” que se puede escribir como “vak”. Todos estas nuevas formas de lenguaje representan, en opiniones de varios, un empobrecimiento de la lengua y de la cultura, pues difunden el desconocimiento de las reglas ortográficas como algo sin importancia. Otros discuten que estas formas son recomendables, ya que la economía de los caracteres permite que se pierda menos información al transcribirla (siendo así comparadas con la taquigrafía). Sin embargo, estos tipos de lenguajes se popularizaron y ahora son usados fuera de los contextos por los que se crearon, es decir, en blogs como este, páginas web, correos electrónicos, etc., ya sea en espacios formales o informales. En estos no es necesario el ahorro de caracteres y por lo tanto los errores ortográficos usados son, en opinión de muchos, degradantes para el lenguaje y la cultura. En conclusión, la brevedad de los mensajes de texto ha obligado a los usuarios a desarrollar un lenguaje nuevo diseñado específicamente para decir el mayor número de cosas y usar palabras en el menor espacio y tiempo posibles.