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Respuesta:
Cualquier Gobierno, en cuanto centro unificador de la actividad política,
resulta calificado siempre por apelaciones personales. Ruiz del Castillo afirma
que el Gobierno queda sensibilizado irrevocablemente en una persona, por'
que la unidad política requiere esta forma plástica de representación en todas sus vertientes por el peso del impulso jurídico interno. En todo Gobierno,
por consiguiente, hay una cierta jefatura.
La circunstancia española, a partir del Alzamiento del 18 de Julio, influye tan notablemente en el proceso constitucional que no permite hablar
—aunque se haya escrito y se siga escribiendo— de otra Jefatura de Go'
bierno que la del propio Caudillo. Incluso se olvida que tal nomenclatura es
ignorada por la ley Orgánica del Estado y que la institución actual tiene
procedencia doctrinal de raíz cromweliana. Recordemos, en efecto, a Onésimo
Redondo: el poder se atribuirá «no a los que sugestionen al pueblo con nuevas promesas, sea cualquiera su género, sino a los que sepan ganarlo con la
creación previa de un ejército de patriotas que confíen en las cualidades de
sus jefes por haberlas experimentado en la lucha para la conquista del Estado
y en la gran campaña de regeneración espiritual que España necesita». Tras
el 18 de Julio el poder queda, en efecto, atribuido a ese «ejército de patriotas», y el gobierno, a su Caudillo.
El vocablo es utilizado exclusivamente en la oportunidad del Decreto
de 29 de septiembre de 1936, por el cual «se nombra Jefe del Gobierno del
Estado español al Excelentísimo Señor General de División Don Francisco
Franco Bahamonde..., quien asumirá todos los poderes del nuevo Estado».
Lo que de otra parte quiere decir que la totalidad del poder se declaraba
concentrada en aquella jefatura.
Que al mismo tiempo se designe a Franco Generalísimo de las Fuerzas
nacionales y General-jefe de los Ejércitos de operaciones, significa mucho
para el desarrollo de la guerra, pero no añade a esa totalidad de poder atribuido sino la distinción de las funciones civiles de los militares; como cuan77
JUAN BENEYTO
do por Decreto de i9 de abril de 1937 absorbe la Jefatura de las fuerzas pO'
líticas que asociativamente se centran en la sigla FET y de las JONS, le
será anejada la calidad de Jefe del Movimiento.
Al organizarse la Administración, a principios de 1938, aparece una Vicepresidencia, mientras la Presidencia queda homologada como Jefatura. De
ahí que bajo el caudillaje de Franco resulte, a mi modo de ver, fuera de
toda euritmia imaginar el funcionamiento de una Jefatura de Gobierno distinta de la suya cuando la terminología oficial señala solamente Vicepresidencia y el futuro previsto por la ley una Presidencia