Respuestas
Respuesta:
Explicación:
¿La religión? No me interesa». «No siento necesidad alguna de
tener o profesar una religión». «¿El problema de Dios? Nunca me lo
he planteado y de hecho no me lo planteo». «No estoy contra Dios ni
contra la religión. Nada tengo contra quienes creen en una u otra
religión. Cada uno es libre de creer lo que quiera. En cuanto a mí,
estoy bien sin religión». «A mí nada me dice la religión. ¿Por qué
debería interesarme en ella? ¿Y además para qué sirve?».
He aquí algunas expresiones que se escuchan en boca de varias personas:
son la señal de la indiferencia religiosa. Con estas palabras se
expresa la actitud de quienes no ven ni sienten en Dios y la religión
un «valor», es decir, algo digno de ser deseado y buscado, y que valga
la pena comprometerse para tenerlo. Para la persona indiferente
religiosamente, Dios y la religión no son una realidad de la cual uno
deba preocuparse; son asuntos irrelevantes, sin importancia para la
vida. En otras palabras, no son problemas «serios», «vitales» y por
tanto importantes para la vida humana hasta el punto de no poder