que movimientos corporales puedo realizar cuando estoy agachada y echada? la respuesta necesito!!

Respuestas

Respuesta dada por: jennifher131
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Respuesta: echado: hacer movimientos con las piernas (Ejercicio de bicicleta echada)

Agachada:tocar tus pies

Explicación:

Respuesta dada por: ea0989372
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Respuesta:1). A menudo hemos oído aquello de que lo que pensamos influye en nuestro estado de ánimo y, por tanto, en nuestra salud y sensación de bienestar: mens sana in corpore sano. Lo que quizá no sabíamos es que nuestro organismo también funciona a la inversa, esto es, nuestras posturas corporales y nuestro lenguaje no verbal pueden llegar a influir e incluso cambiar nuestro estado de ánimo. Esto resulta especialmente útil cuando, por ejemplo, tenemos que afrontar una entrevista de trabajo o una reunión o conversación complicada. Si queremos acudir a ella sintiéndonos seguros, presentes y asertivos para salir triunfantes de la situación, debemos saber que lo mejor que podemos hacer es adoptar posturas corporales expansivas. Hacerse grande es una estrategia adaptativa muy común en la naturaleza.

Lo explica la psicóloga Amy Cuddy, autora de El poder de la presencia (Urano), que lleva años investigando acerca de la relación entre la postura del cuerpo y el poder personal: “El poder no solo nos expande la mente, sino también el cuerpo. El lenguaje corporal expansivo y abierto está estrechamente asociado con la dominación en el reino animal, como en el caso de los humanos, de primates no humanos, de perros, gatos serpientes, peces, aves y de otras muchas especies. Cuando nos sentimos poderosos nuestro cuerpo se expande. El estatus y el poder, sean temporales o estables, benevolentes o siniestros, se expresan por medio de manifestaciones no verbales evolucionadas: miembros extendidos, la ocupación de un mayor espacio vital, una postura erguida. Piensa en Wonder Woman y en Superman. Cuando nos sentimos poderosos nos estiramos, levantamos la barbilla, y erguimos la espalda. Abrimos el pecho. Separamos los pies. Alzamos los brazos”.

Las posturas expansivas denotan alegría, confianza y sensación de poder. martin-dm / Getty Images

Las posturas expansivas denotan alegría, confianza y sensación de poder. martin-dm / Getty Images

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El poder del cuerpo

“Lo que eres se expresa con tanta fuerza que no puedo oír lo que dices”, reza la frase del filósofo y poeta Ralph Waldo Emerson. Y es que desde siempre se ha sabido que, más allá de lo que decimos y cómo lo decimos, nuestra presencia se conforma en buena parte con todo aquello que expresamos sin palabras.

¿Alguna vez han conocido a una persona tan magnética que en cuanto entra en una habitación todas las miradas se dirigen automáticamente hacia ella? Seguramente esa persona está utilizando un lenguaje corporal poderoso, y eso es algo que todos podemos aprender. Nuestra manera de comportarnos –las expresiones de la cara, las posturas, la respiración‒ influye sin duda en nuestros pensamientos, sentimientos y conducta.

Así, al comportarnos de forma poderosa, nuestros sentimientos, pensamientos, conductas y cuerpo transmiten de forma automática una sensación de poder, lo que nos ayuda a estar presentes (e incluso a rendir mejor) tanto en situaciones cotidianas como en situaciones difíciles. “Tal vez el descubrimiento más importante y sólido sea que, como hemos demostrado en nuestros experimentos, al adoptar posturas expansivas y abiertas nos sentimos mejor y más eficaces de diversas formas. Nos sentimos más poderosos, seguros y asertivos, menos estresados y ansiosos y más felices y optimistas”, explica Cuddy en su libro. Esta investigadora aún va más allá al presentar datos acerca de cómo el cuerpo es capaz de decirnos cómo y qué sentir, e incluso qué pensar: “Cambia lo que nos ocurre en el sistema endocrino, el sistema nervioso autónomo, el cerebro y la mente sin que nos demos cuenta”.

“Adoptar posturas expansivas cambia lo que ocurre en el sistema endocrino y en el cerebro sin que nos demos cuenta”

AMY CUDDY Autora de El poder de la presencia

La otra cara de la moneda es, por supuesto, que la falta de poder no solo limita nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, sino que también nos encoge el cuerpo. Cuando nos sentimos impotentes o subordinados a alguien contraemos nuestra postura, tensándonos, protegiéndonos y achicándonos (pegamos los miembros al cuerpo, hundimos el pecho, dejamos caer los hombros, agachamos la cabeza, doblamos la espalda). “También reprimimos nuestros gestos y palabras al titubear, precipitarnos y hablar con un menor registro vocal y una voz más aguda. Un gesto especialmente revelador de falta de poder que quizá no parezca tan impresionante a simple vista es cuando nos rodeamos el cuello con la mano. Lo hacemos sobre todo cuando nos sentimos incómodos, inseguros y en peligro, física o psicológicamente, y estamos señalando con claridad que tenemos miedo y nos sentimos amenazados. ¿Por qué hacemos este gesto? Para protegernos de las fauces de un depredador, cubriéndonos literalmente la carótida”.


laisaflow: muy buena información pero no me dice que puedo realizar agachada etc pero igual gracias
ea0989372: un rrato
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