Respuestas
Respuesta:
Las ideas de Karl Marx sobre el Estado se pueden dividir en tres áreas temáticas: estados precapitalistas, estados en la era capitalista (es decir, presente) y el estado (o la ausencia del mismo) en la sociedad poscapitalista (comunista). Este hecho se superpone al de que sus propias ideas sobre el Estado cambiaron a medida que crecía, diferenciándose en su primera fase precomunista, la fase joven de Marx que es anterior a los levantamientos fallidos de 1848 en Europa y en su trabajo maduro y más matizado.
La visión marxista del Estado es un conjunto de "aparatos" al servicio de la clase dominante. El rechazo marxista del Estado como una instancia superior al ser humano o persona privada es argumentado en la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel. El Estado burgués no puede ser defensor de los intereses generales, ya que éstos se oponen a los de la propiedad privada, sin cuya abolición nunca habrá una genuina "emancipación humana".1
El Estado es siempre el Estado de la clase dominante2, y el gobierno "es el órgano de la sociedad para el mantenimiento del orden social; detrás de él, vienen las distintas clases de propiedad privada".3 Luego la abolición del propiedad privada lleva a la desaparición del Estado, y por consiguiente las clases sociales. En Anti-Dühring, Friedrich Engels expresó "El Estado no se suprime, sino que se extingue".4 Vladimir Lenin enfatiza este aforismo, pues señala el carácter gradual del proceso y su espontaneidad.5
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Explicación:
Respuesta:Una política pública, puede ser entendida como “una serie de decisiones o de acciones, intencionalmente coherentes, tomadas por diferentes actores, públicos y a veces no públicos - cuyos recursos, nexos institucionales e intereses varían- a fin de resolver de manera puntual un problema políticamente definido.
Explicación:El tema de la política y la democracia se ha hecho muy actual y divulgado en su versión liberal. Sin embargo, a pesar del descrédito del marxismo y su teoría política por el derrumbe del socialismo, la práctica política y "democrática" de los países capitalistas y de los organismos internacionales imponen la necesidad de revitalizar el pensamiento más progresista sobre el tema.
Sin lugar a dudas el marxismo, en su versión más clásica y crítica, constituye una parte importante de ese pensamiento que rescata el elemento sustancial y el verdadero sentido de distribución equitativa del poder que la democracia, como forma de organización y funcionamiento de la actividad política, debe lograr. Esta afirmación la hacemos reconociendo, como ellos mismos sugirieron, que sus propuestas son ideas orientadoras o "señales de identidad" y nunca un modelo acabado ya que no se consideró de su incumbencia "la construcción del futuro y el dejar las cosas arregladas y dispuestas para todos los tiempos" como una "utopía lista para implantarla".