AYUUUDA ES PARA MAÑANA!!! ¿Con qué compara el autor las piedras y las plantas que rodean y forman parte de la vieja casa Usher?
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"Durante todo un largo día de otoño, triste, pesado y sombrío, de aquellos en que cuelgan las nubes opresivamente bajas en el firmamento, atravesaba solo, a caballo, un monótono erial para encontrarme al fin, conforme avanzaban las sombras de la noche, al frente de la melancólica casa de Úsher. No sé por qué, pero a la primera ojeada al edificio, un sentimiento de tristeza intolerable se apoderó de mi espíritu. Digo intolerable, porque esta impresión no estaba siquiera atenuada por aquella sensación casi agradable, por cuanto poética, con que generalmente recibe el cerebro las imágenes naturales aunque austeras de lo desolado y lo terrible. Miraba la escena que se desarrollaba ante mis ojos: la casa y las simples líneas del paisaje de los alrededores del dominio, los muros helados, las ventanas semejando cuencas vacías, unos cuantos lozanos juncos y algunos blancos troncos de árboles moribundos; mirábalo todo con depresión de ánimo tan profunda que sólo puede compararse con propiedad al despertar de los sueños de un fumador de opio, al amargo ingreso a la vida, al desgarramiento horrible de los velos.
Sentíase tal frialdad, tal desfallecimiento, tal angustia del corazón, una melancolía tan irremediable de la mente, que ningún estímulo era capaz de impulsar la imaginación hacia la idea de lo sublime. ¿Qué era aquello, me detengo a pensar, aquello que enervaba tanto en la contemplación de la casa de Úsher? Misterio insoluble; ni tan siquiera podía luchar con las sombrías fantasías que acudían en tropel a mi mente cuando trataba de investigarlo. Me veía obligado a volver a la poco satisfactoria conclusión de que existe indudablemente cierta combinación de objetos sencillos que tiene la facultad de afectarnos en tal manera, aun cuando el análisis de esta facultad resida en consideraciones superiores a nuestra capacidad. Era muy posible, reflexionaba yo, que simplemente un arreglo diverso de los detalles de la escena, de los toques del cuadro, fuera suficiente para modificar y anular quizá por completo su cualidad de impresionar tristemente; y raciocinando así, encaminé mi cabalgadura hacia la margen escarpada de un negro y cárdeno lago que yacía con brillo inmóvil cerca de la morada; miré abajo, y pude contemplar en el fondo con estremecimiento más vivo aún la imagen refleja e invertida de las grises junceas, de las ramas de los árboles semejando espectros, y de las ventanas que aparecían como cuencas vacías.
"Durante todo un largo día de otoño, triste, pesado y sombrío, de aquellos en que cuelgan las nubes opresivamente bajas en el firmamento, atravesaba solo, a caballo, un monótono erial para encontrarme al fin, conforme avanzaban las sombras de la noche, al frente de la melancólica casa de Úsher. No sé por qué, pero a la primera ojeada al edificio, un sentimiento de tristeza intolerable se apoderó de mi espíritu. Digo intolerable, porque esta impresión no estaba siquiera atenuada por aquella sensación casi agradable, por cuanto poética, con que generalmente recibe el cerebro las imágenes naturales aunque austeras de lo desolado y lo terrible. Miraba la escena que se desarrollaba ante mis ojos: la casa y las simples líneas del paisaje de los alrededores del dominio, los muros helados, las ventanas semejando cuencas vacías, unos cuantos lozanos juncos y algunos blancos troncos de árboles moribundos; mirábalo todo con depresión de ánimo tan profunda que sólo puede compararse con propiedad al despertar de los sueños de un fumador de opio, al amargo ingreso a la vida, al desgarramiento horrible de los velos.
Sentíase tal frialdad, tal desfallecimiento, tal angustia del corazón, una melancolía tan irremediable de la mente, que ningún estímulo era capaz de impulsar la imaginación hacia la idea de lo sublime. ¿Qué era aquello, me detengo a pensar, aquello que enervaba tanto en la contemplación de la casa de Úsher? Misterio insoluble; ni tan siquiera podía luchar con las sombrías fantasías que acudían en tropel a mi mente cuando trataba de investigarlo. Me veía obligado a volver a la poco satisfactoria conclusión de que existe indudablemente cierta combinación de objetos sencillos que tiene la facultad de afectarnos en tal manera, aun cuando el análisis de esta facultad resida en consideraciones superiores a nuestra capacidad. Era muy posible, reflexionaba yo, que simplemente un arreglo diverso de los detalles de la escena, de los toques del cuadro, fuera suficiente para modificar y anular quizá por completo su cualidad de impresionar tristemente; y raciocinando así, encaminé mi cabalgadura hacia la margen escarpada de un negro y cárdeno lago que yacía con brillo inmóvil cerca de la morada; miré abajo, y pude contemplar en el fondo con estremecimiento más vivo aún la imagen refleja e invertida de las grises junceas, de las ramas de los árboles semejando espectros, y de las ventanas que aparecían como cuencas vacías. ☜(゚ヮ゚☜)
es muy largo :v