Compare los sucesos de 1905 y 1917 con los que desencadenaron la Revolución francesa, considerando: protagonistas, reclamaciones, formas de rebeldía y resultados a corto y largo plazo
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Respuesta:
La revolución de octubre de 1905
Alejandro III y Nicolás II dirigieron gobiernos aristocráticos y autoritarios en lo político, pero modernizadores en lo económico, impulsando la
industrialización del país. La implantación del capitalismo en Rusia implicó el nacimiento de nuevos grupos sociales: burguesía, clase media y
proletariado obrero, quienes, junto al campesinado, aspiraban a un cambio del régimen político.
En 1905, una crisis económica dio el impulso necesario a una serie de manifestaciones y huelgas, organizadas por liberales y socialistas. El zar
decidió ceder a las peticiones de los liberales para prevenir las consecuencias de una verdadera revolución. Las libertades fundamentales fueron
garantizadas y se prometió la elección de una Dumao parlamento liberal.
Sin embargo, las concesiones del zar dividieron a liberales y socialistas. Los primeros se contentaron con las reformas prometidas por el emperador,
sin oponerse a la represión hacia el movimiento socialista. En 1906 se produjo una insurrección en Moscú y el emperador aprovechó la oportunidad
para disolver la Duma liberal y revocar las medidas tomadas en 1905.
La revolución de febrero de 1917
Al comenzar la Primera Guerra Mundial, Rusia era una de las potencias más poderosas del mundo. El régimen zarista parecía consolidado: con un
capital humano sin igual en Europa, era la quinta fuerza económica a escala mundial.
Con todo, la guerra reveló las debilidades de un país en que el 80% de la población se dedicaba a labores rulares, mientras que solo una pequeña
parte podía trabajar en la industria. Una de las mayores ventajas de Rusia, su capital humano, disminuyó un 24% al perder los territorios que exigió
el armisticio con Alemania.
Los habitantes del campo eran víctimas del hambre. Al mismo tiempo, el mundo obrero vivía en condiciones miserables, que le arrastraban a
continuas huelgas, atraídos por las ideas socialistas y comunistas. La burguesía y la clase media, por su parte, aspiraban al establecimiento de una
República de corte liberal.
El gobierno autoritario de Nicolás II fue incapaz de tomar las medidas necesarias para paliar la crisis; tomó, en cambio, la decisión de reprimir la
oposición, empujando a sus dirigentes por el camino de la revolución.
El zar se vio obligado a dimitir y el poder vacante fue ocupado por dos organismos paralelos. La Duma, constituida por nobles liberales y burgueses,
que tomó a su cargo el gobierno provisional, y el comité de Pretrogrado, el Soviet, compuesto por soldados y obreros urbanos de tendencia socialrevolucionaria
y social-demócrata, que se dividía, a su vez, en mencheviques y bolcheviques. Los primeros consideraban necesario apoyar el
establecimiento de un gobierno burgués y capitalista para que se produjeran las condiciones adecuadas para la revolución. Los bolcheviques
consideraban que la revolución era posible en un país como Rusia, con un bajo nivel de industrialización, en la medida en que fuera dirigida por un
grupo de revolucionarios profesionales.
La revolución de octubre de 1917
El gobierno provisional fue incapaz de responder a las demandas de reforma social del pueblo ruso. Para salvar la situación, los liberales invitaron
a social-revolucionarios y mencheviques a conformar el gobierno.
No obstante, no concretaron los cambios de fondo que demandaba el pueblo, fomentando el levantamiento popular. El pueblo, desilusionado, se
volcó hacia los bolcheviques, que se habían mantenido fuera del gobierno.
En septiembre de 1917 los bolcheviques eran mayoría en los Soviets (asambleas de soldados, obreros y campesinos) de las ciudades importantes.
Con ocasión del congreso de los soviets de toda Rusia, Trotsky organizó un levantamiento, siguiendo las órdenes de Lenin. El palacio de gobierno
fue tomado por los bolcheviques que instauraron un gobierno comunista. La toma del poder fue llevada a cabo sin derramar una gota de sangre,
pero la resistencia que opusieron los mencheviques significó el estallido de una dura guerra civil que azotó por tres años a la nación rusa, hasta la
consolidación del gobierno bolchevique en 1920.
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