• Asignatura: Historia
  • Autor: YeniferSamara
  • hace 7 años

Quienes fueron los faineros

Respuestas

Respuesta dada por: yenegomez1234
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Respuesta:

Se habla poco de ellos, y casi nunca bien. No se los conoce, ni se saben sus nombres ni qué los movía a meterse bajo los pasos. Son los «faeneros», los costaleros profesionales que durante medio siglo —desde antes de la guerra hasta exactamente 1983— llevaron sobre sus hombros las trabajaderas de los pasos que resistieron la invasión de las ruedas en los pasos. Y nunca o casi nunca se les hizo justicia, aunque sus capataces —fundamentalmente los fallecidos José Gálvez e Ignacio Torronteras y los aún vivos, y por mucho tiempo, Rafael Muñoz y Rafael Sáez— sí han recibido diversos reconocimientos.

Los «expertos» de hoy, que no conocieron esa época, dicen que no tenían técnica, que levantaban a la voz y no al martillo, que no ensayaban o que llevaban los pasos «de cualquier manera». Pero tenían fuerza, sin duda: el paso del Cristo de la Misericordia, que actualmente lleva 38 costaleros, lo llevaron ellos durante tres décadas y media con sólo 24, sin relevos y por trayectos mucho más largos en tiempo y espacio que el de ahora.

«Le tenían un gran cariño a las hermandades y una afición inmensa a su trabajo», afirma Rafael Sáez, veterano representante de la única dinastía cordobesa de capataces profesionales digna de ese nombre: su padre, Antonio Sáez Pozuelo (fallecido en 1974) ya fue costalero en la primera salida del Cristo del Descendimiento, en 1938, y la saga continuó con sus hijos Rafael, Antonio y Manuel, y sigue remozada con David Simón Pinto Sáez, contraguía del Señor del Calvario y, junto con su abuelo, de la Custodia de Arfe.

Cobraban por su trabajo, es cierto: 150 pesetas por procesión en 1961, 1.000 en 1975 y 3.000 en 1983, cuando realizaron su último trabajo. «Cobraban, pero algunos trabajaban en Barcelona y me llamaban unas semanas antes para confirmar que venían a salir, y desde luego el desplazamiento les costaba más de lo que ganaban», confirma Sáez, con lo que el motivo económico no era el único ni el principal. Y trabajaban todos los días de la Semana Santa: «Incluso, cuando la procesión terminaba a las tres o las cuatro de la madrugada y el día siguiente era laborable, como los horarios eran muy tardíos, algunos se iban sin dormir a la Lonja y allí descansaban tumbados como podían antes de empezar su jornada laboral», recuerda el veterano capataz.

Explicación:


yenegomez1234: dame una coronaa
YeniferSamara: Gracias
yenegomez1234: de nada y dame una coronaa
yenegomez1234: porfis
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