Respuestas
Respuesta:
Los valores existen porque hay personas que pueden ser evaluadas a partir de su conducta, sus actividades y las referencias comparativas. Las personas expresan y simbolizan los valores, principalmente por medio de su rol social. Una persona puede tener más de un rol social y cada uno implica una serie de pautas de comportamiento. Éstas tienen diferente valoración: unas son muy importantes y otras menos.
Se considera que cada persona conoce los diferentes grados de valor de sus roles sociales y que siempre se concentrará en el más importante. La sociedad en su conjunto tiene también diferentes valores para los distintos roles; el nivel del valor obedece a muchas variables que pueden ir desde la edad y el sexo hasta la contribución social del individuo en determinado rol. Depende también, en gran parte, de la cultura dominante y de las principales instituciones sociales. Es cierto que el rol económico, familiar o religioso pueden tener un alto valor social en una cultura particular, pero también puede suceder que de manera individual se le asigne un mayor valor a un rol, independientemente de su carácter social. Por ejemplo, para una mujer puede tener mucho valor su rol como madre y un menor valor su rol como arquitecta. De un profesor se esperaría que su rol docente tuviera un mayor valor social que su rol religioso o económico. La sociedad otorga a los roles sociales diversos grados de valoración social y se supone que deben coincidir con las formas de comportamiento de los individuos.
Explicación:
Respuesta:
Los roles negativos son conocidos como perturbadores porque perjudican la marcha del equipo de trabajo y la consecución de sus objetivos. Son los siguientes:
Obstructor: Lleva la contraria a todo el mundo adoptando una actitud negativa ante todas las cuestiones que se tratan. Se opone sistemáticamente, con razón o sin ella.
Agresor: Critica y censura a los demás, Es hostil al equipo o a alguno de sus miembros. Deteriora las relaciones interpersonales.
Chivo expiatorio: Es la persona a la que el equipo hace responsable de todos los defectos y de los fallos. Así los demás mantienen su autoestima alta y positiva.
Dominador: Quiere salirse con la suya sin importar el modo. Trata de manipular al equipo o a alguno de sus miembros mediante chantaje, astucia, adulación, miedo...
Ausente: Sólo está presente físicamente, pero no se siente miembro del equipo y actúa como si no estuviera en él. No aporta, ni expresa, ni enriquece.
Charlatán: Habla de todo, con ocasión o sin ella, en tema y fuera de él. No deja intervenir a los demás. Le gusta utilizar al equipo como auditorio. Habla por el deseo de «hacerse notar».
Cerrado: Se aferra a sus puntos de vista sin atender a razones. No le importan los argumentos, porque las únicas ideas válidas son las suyas.