Cómo se relaciona idea de mundo oceánico con
el establecimiento de un sistema colonial basado
en la violencia y el saqueo?
Respuestas
Respuesta:
La primera edad colonial: el colonialismo
El colonialismo1 fue la convergencia de dos fenómenos que se desarrollaron, el primero en la Edad Media con el “espíritu de cruzadas”, y el segundo en el Renacimiento con el capitalismo. Las cruzadas de los siglos XI al XIV, en particular las que ocurrieron en Tierra Santa, cultivaron un gusto por las grandes empresas en el nombre de un ideal: la recuperación, sin importar el costo, de un territorio considerado “sagrado”, el cual era ocupado por “otro” que no compartía la misma creencia religiosa2. Por su lado, las ciudades estados del Renacimiento italiano buscaron rutas comerciales más lejanas para acceder a los muy cotizados “productos exóticos”. Entonces, el deseo de hacerse suyo lo que era de otro, como sucedió en las cruzadas, combinado con la necesidad de abrir, y sobre todo controlar, cada vez más rutas comerciales, constituyó el principal pilar de la expansión colonial europea.
La primera fase de esta expansión se inició hacia el final del siglo XV para terminar en la primera mitad del siglo XIX. Su centro fue el espacio americano (con la excepción de la región del Cabo en Sudáfrica) y consistió en la ocupación de un territorio con el fin de transformarlo en una excrecencia de Europa, preparando así la exclusión de la población autóctona, el despojo del “otro”, o a través de la expulsión -y/o exterminio- como en las colonias británicas y portuguesas, o a través de la aculturación como sucedió en las colonias españolas.
Los “Grandes descubrimientos”
Se sabe hoy a ciencia cierta que el descubrimiento de América no es sino una construcción discursiva propia del etnocentrismo europeo. Nunca América fue “descubierta”, pues este continente albergaba grupos humanos que habían llegado por olas migratorias, según los arqueólogos, entre cuarenta y cien mil años atrás. Sin embargo, se hablará aquí del descubrimiento de América, en el sentido precisamente de un hallazgo de tierras desconocidas para los europeos, las cuales justificaron una vasta empresa de colonización y la constitución de los primeros grandes imperios de ultramar en una dimensión nunca antes conocida.
¿Quén descubrió América?
¿Colón descubrió América? Hay un debate que cada vez objeta más la paternidad de este descubrimiento, pues otros habrían explorado este continente muchos siglos antes que él. Se habla de navegadores fenicios en la antigüedad, de monjes irlandeses en los siglos IX y XI, de exploradores chinos en el siglo XIV; se dice también que pescadores bretones y vascos conocían desde el siglo XV la existencia de tierras que no pertenecían a Europa.
Sin embargo, muchas de estas hipótesis no se basan sino en conjeturas. Por ejemplo, la tesis de un descubrimiento fenicio reposa sobre lecturas fantasiosas o altamente especulativas de textos antiguos; lo mismo ocurre con la presencia en América de comunidades monásticas irlandesas: hay menciones por parte de crónicas medievales, pero éstas son vagas e imprecisas, sin contar con el hecho de que fueron escritas muchos siglos después de los acontecimientos. En cambio parece más sólida la hipótesis de un descubrimiento chino ya que fue reportada por crónicas contemporáneas a los acontecimientos. No obstante, todas estas hipótesis constan de dos importantes lagunas: no existen hasta ahora pruebas arqueológicas o etnológicas que puedan sustentar estas afirmaciones.
Es otro asunto la tesis de la presencia bretona y vasca. En este caso existen pruebas archivísticas sólidas, así como pruebas arqueológicas3. Sin embargo, no se puede hablar de “descubrimiento” —siempre desde el punto de vista europeo—, porque nunca éste suscitó un impulso colonizador. Por un lado no se divulgó el “descubrimiento” (por temor a una injerencia del Estado); por otro, cuando estos pescadores tocaban tierra, era para abastecerse de agua fresca, recolectar algunos productos silvestres o utilizarlos como base para ahumar y secar el pescado. Aunque algunas fuentes mencionen la existencia de un comercio con “indígenas”, éste se consideraba como una actividad complementaria, realizada con fines personales más que de lucro.