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VARIEDAD. Uno de los problemas en los que cae la gente en la reiteración. Con la falta de tiempo y la falta de conocimientos, es difícil aprender a cocinar recetas variadas y sanas y se acaba cayendo en los mismos platos de los que ya están aburridos. Nadie mejor que un dietista para solucionar este contratiempo.
MODERACION. Si queremos bajar peso, tendremos que ingerir una menor cantidad de calorías, y el hecho de que un plato sea saludable, no nos da permiso a comer las cantidades inapropiadas.
REPARTO. Ya lo sabes, tienes que repartir las calorías diarias en 5 comidas al día, de lo contrario pasarás del hambre al atracón sin darte cuenta.
PIRÁMIDE. La pirámide de los alimentos, en la que en la base encontrarás la base de tu dieta, panes poco procesados, pastas legumbres, en el segundo escalón frutas y verduras, en el tercero huevos, carnes blancas, pescados y lácteos, y en el cuarto carnes rojas y grasas.
ADELANTAR. Cuanto antes comas mejor, en todas las comidas del día. Cuanto antes desayunes antes tendrás esa energía disponible, cuanto antes cenes, menos pesada te irás a dormir. Es algo que tenemos que aprender del resto de países europeos, adelanta las comidas.
AGUA. Casi tres cuartas partes de tu cuerpo son agua, así que más te vale hidratarte bien, de lo contrario empezarán a fallar múltiples reacciones fisiológicas de tu ejercicio. Además para la dieta te ayuda a mantener la sensación de saciedad con la comida.
SABROSO. Cocina sana no es sinónimo de cocina de baja calidad o sosa. Investiga un poco y encontrarás un sinfín de especias, maneras de cocinar, acompañantes en tus platos para que no te vuelvas a enfrentar a un trozo seco de pechuga de pollo.
SAL. Cuanto menos mejor. La sal es necesaria para el organismo, pero en los productos de la dieta diaria ya encontramos suficiente sal como para que no necesitemos añadir más. Obviamente no vamos a comer sin sal, pues arruinaría muchas de nuestras recetas, pero desde luego no abuses de ella, es la gran retenedora de líquidos.
GRASA. Sí, es verdad, hay grasas más saludables y más necesarias para nuestro organismo que otras, sin embargo todas ellas tienen un elevado número de calorías, así que trata de reducir el consumo de grasas y a ser posible que procedan de pescados, frutos secos, o aceite de oliva, y no de grasas animales o de fritos.
ALCOHOL. Sí ya lo sabemos, el alcohol es nocivo. Pero es que además tiene una cantidad de calorías próximas al de la grasa. A pesar de que un vasito de vino o una cerveza al día tienen sus propiedades favorables, no se nos puede olvidar que aportan calorías extras a la dieta.
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