Me podrían decir 10 ideas cortas de las invasiones barbaras y la disolución del imperio romano?? Por favor es que tengo que entregar en tarea antes de las 3:00 por favor

Respuestas

Respuesta dada por: Natalasso27
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Los principales pueblos bárbaros invadieron el imperio romano a partir del siglo III  fueron los germanos y los hunos.

Durante la decadencia del Imperio Romano, fueron muchos los pueblos bárbaros (extranjeros) que, aprovechando las disidencias internas, se aproximaron a sus fronteras y se establecieron en ellas.

Tuvo dos grandes fases la Alta del siglo V al XI Y Baja y Media del siglo XI al XV  Se caracterizó por:

-Una etapa de frecuentes guerra e invasiones.

-Tener un sistema de gobierno del feudalismo.

-Se extendió el cristianismo. Se dieron las cruzadas.

-Se crearon los fundamentos de las nuevas naciones europeas

-Nacieron nuevas ciudades.

-Fue naciendo la burguesía.

Causas de las Invasiones Barbaras

a) La decadencia del Imperio Romano de Occidente a nivel político, social y militar.

b) La crisis económica del sistema latifundista romano.

c) La presencia de gran cantidad de soldados y tropas de origen bárbaro (germano, franco, godos, celtas, etc) en las legiones romanas

Respuesta dada por: benjadr
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Se trataría de un ataque a la cultura de calidad para sustituirla por otra al servicio del consumo y del comercio, cuyos valores más destacados serían, entre otros, la superficialidad, la simplificación, la rapidez y la acomodación a la ideología americana, un panorama apocalíptico para las generaciones educadas en los valores de la tradición, el esfuerzo y el sacrificio. Sin embargo, Baricco asegura que esta mutación a la que asistimos es un episodio más en la evolución de la historia de la cultura. Así, en su estreno en 1824, la «Novena sinfonía» de Beethoven fue considerada por la crítica más culta como una obra escrita para cerebros que por educación y por costumbre no consiguen pensar en otra cosa que no sean los trajes, la moda, el chismorreo, la lectura de novelas y la disipación moral, a los que les cuesta un gran esfuerzo sentir los placeres más elaborados de la ciencia y del arte (páginas 20-21). La revolución que supuso esta sinfonía en la evolución de la música no fue apreciada por sus contemporáneos (quienes, obsérvese, tampoco consideraban edificante la lectura de novelas) en su dimensión innovadora. En su momento, la pintura realista, con escenas de mercados, faisanes y personajes oscuros, desplazó las anunciaciones y los motivos religiosos como temas centrales del arte, lo que desató las críticas de los guardianes de la cultura. ¿Estamos repitiendo lo mismo con las nuevas manifestaciones de la cultura de masas? Baricco analiza los cambios en la industria del vino (la aristocracia del vino derrotada por el negocio), en las nuevas tácticas del fútbol (cómo la retransmisión a través de la televisión de los partidos cambió la esencia de este deporte) y en el mundo editorial (hoy la literatura de calidad vende más libros que nunca, aunque la imagen que todos tenemos es la de las ventas millonarias de best sellers de ínfima calidad) para poner en duda la condena que se hace en líneas generales a la nueva cultura. El fenómeno Google y los links (comparable a lo que en su día supuso la aparición de la imprenta) son sus símbolos, mientras que la gran muralla china (una idea escrita con piedra, página 206) sería el paradigma de una cultura estática que pretende separar la civilización de la barbarie. La nueva cultura produce «reality shows», hamburguesas, políticos de televisión y «multitasking», ese fenómeno por el que el nuevo bárbaro, vuestro hijo, jugando con la Game Boy, come una tortilla, llama por teléfono a su abuela, sigue los dibujos en la televisión, acaricia al perro con un pie y silba la melodía de Vodafone (páginas 116-117), pero aporta otros valores que Baricco piensa que no debiéramos dejar pasar. Para el bárbaro, el esfuerzo no es un valor porque no es un placer y el pasado es útil sólo para ser transformado en presente. La historia no le interesa porque es pasado, pero no la destruye: utiliza sus materiales para elaborar nuevas ideas (en los cómics o en las películas de ciencia ficción) o elevar nuevas construcciones, del mismo modo que los cristianos levantaban catedrales con los escombros de las ruinas de antiguas basílicas paganas. La polémica está servida. Sea como fuere, dice Baricco, a propósito de los bárbaros, aquí tenemos algo inútil: tenerles miedo (página 152).

Se trataría de un ataque a la cultura de calidad para sustituirla por otra al servicio del consumo y del comercio, cuyos valores más destacados serían, entre otros, la superficialidad, la simplificación, la rapidez y la acomodación a la ideología americana, un panorama apocalíptico para las generaciones educadas en los valores de la tradición, el esfuerzo y el sacrificio. Sin embargo, Baricco asegura que esta mutación a la que asistimos es un episodio más en la evolución de la historia de la cultura. Así, en su estreno en 1824, la «Novena sinfonía» de Beethoven fue considerada por la crítica más culta como una obra escrita para cerebros que por educación y por costumbre no consiguen pensar en otra cosa que no sean los trajes, la moda, el chismorreo, la lectura de novelas y la disipación moral, a los que les cuesta un gran esfuerzo sentir los placeres más elaborados de la

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