• Asignatura: Castellano
  • Autor: idkmoon
  • hace 7 años

crea un final diferente para "las chicas de alambre"​

Respuestas

Respuesta dada por: jeiderjosearrieta
0

Respuesta:

no lo sé en que otra cosa te puedo ayidar

Respuesta dada por: aftoro69
6

Respuesta:

>>No me di cuenta y ya estaba en el aeropuerto de Barcelona, fui a recoger mi maleta y una vez en el taxi, aproveché para llamar a Sofía.

-Acabo de llegar, ¿nos vemos dentro de… dos horas? -dije, mirando el reloj.

-Ah... vale. Bueno, ¿te pasarás por la editorial? -dijo Sofía.

-Sí.

-Entonces nos vemos allí.

-Vale, chao.

Me pasé por casa, me di una ducha y leí el periódico. Por mi cabeza iban pasando pensamientos; no sabía qué hacer. Pensé que por el camino ya me vendría alguna idea, así que cogí el coche hasta la editorial.

Entré y vi a Sofía allí sentada leyendo unos documentos, me acerqué a ella y sin que me viera le di un beso en la cabeza. Se dio un susto y se giró.

-¡Jon! Eres tú... -dijo ella. Yo sonreí. - ¿Que tal te ha ido?

-Bien, un lugar muy bonito. -le dije; ella frunció las cejas.

-¿Qué sabes de Vania?

-¿Qué sé? Muchas cosas… -me reí, pero ella se estaba cabreando. -Está bien, encontré a Noraima y me enseñó su tumba.

Sofía se quedó boquiabierta, y yo le dije:

-Pero no te preocupes, ahora sé que ella vive en paz y en tranquilidad, y guardaré para siempre sus memorias. -casi se me echa a llorar, pero estuve a tiempo.

-¿Lo dices en serio? ¿Quieres decir que…? -casi se le saltaban las lágrimas.

-He descubierto algo. Por el momento no te lo puedo decir, mi madre me está esperando, pero te lo contaré luego. No te preocupes. -le di un beso en la mejilla y me avancé hasta la puerta del despacho de mi madre. Me lo pensé dos veces antes de entrar, pero al final me decidí:

-Hola mother.

-Jon, ¿ya estás aquí? -me preguntó ella. Estaba leyendo una revista, pero la dejó aparcada.

-¿Qué tal con Sofía? -no quería entrar directo al tema, aún no sabía que decirle.

-Bien. Tienes buen gusto con las mujeres, y parece que le gusta el trabajo.

-Me alegro. -mi madre me notó que no quería soltar prenda.

-¿Qué hay de tu investigación?

-Me parece que ya la he acabado. -mi madre sonrió. -Fui a casa de Noraima Briezen, la…

-Ya sé quién es. -me cortó en seco mi madre.

-Bien, pues ella me enseñó la tumba de Vanesa Molins.

Mi madre, igual que Sofía, se quedó estupefacta.

-Hay algo que aún no me has contado, ¿verdad?

-Como se nota que eres mi madre… -me rendí. No podía conservar esa mentira en mi interior, y mentir a los demás. En realidad, estaba lleno de felicidad, y no lo podía ocultar ni un minuto más. Recordé las palabras de Vania: `Jon, no seas tonto: tienes lo que habías venido a buscar. Escríbelo tú, o mañana vendrá otro con menos escrúpulos y lo hará a su aire.' Tenía razón, aunque también pensaba en ella. Ahora es feliz.

-¿Así qué? - me preguntó Paula.

-Vive allí, en casa de Noraima, llena de paz, tranquilidad, y sobretodo, felicidad. Y no pienso que lo vaya a cambiar. Una noticia como esa, haría que ya no fuera así.

Ahora sí que mi madre estaba totalmente pasmada; yo me había quedado como si lo que hubiera dicho no era más que una frase cualquiera.

-¿Viste hasta donde es capaz mi intuición? -dijo después de dos minutos de silencio. - Jonathan, ¿que vas a hacer?

-Ahora ya lo sabes…

-Ya, ¿y qué?

Me encogí de hombros. Ella ya me entendía, se acercó y nos dimos un abrazo. Me sentía desanimado.

-Tómate unos días de relax y luego me dices que has decidido. -cuándo quiere, mi madres también es comprensiva. Le di un beso de `gracias'.

Cuando salí del despacho Sofía aún estaba allí, pensé qué le contaría, pero mejor de camino al restaurante. Esta noche íbamos a cenar. Así que lo dejé para más tarde, y no pensé más en el asunto de Vania, ahora delante de mis ojos tenía a otra preciosidad.

Explicación:

ahi esta la respuesta que buscas, los puntos por favor, buena respuesta.

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