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1. Fiebre hemorrágica de Marburgo
El virus más letal del mundo es el Marburg, similar al virus del Ébola, está
considerado uno de los agentes patógenos más agresivos para los seres
humanos.
Virus de Marburg
El primer brote identificado fue en la ciudad alemana de Marburg en 1967
mientras científicos de un laboratorio trabajaban con cultivos celulares de los
riñones de simios verdes ugandeses, que estaban infectados por el virus, el
número de contagiados fue de 37, de los cuales fallecieron 7.
El virus ocasiona un dolor de cabeza agudo y malestar general en el cuerpo,
además de hemorragias severas en distintas partes del cuerpo. La tasa de
mortalidad va del 25 al 80 por ciento. El peor brote fue en 2004 en Angola,
donde de los 374 infectados fallecieron 329.
2. Virus del Ébola
El brote del 2014 infectó a más de 2 mil personas, con una tasa de
mortalidad que ronda el 90 por ciento. El epicentro de la epidemia se
desarrolló en la capital de Guinea, Conakry, de donde se expandió a Liberia y
Sierra Leona.
Virus de Ébola.
Similar al virus de Marburg, ocasiona hemorragias en el cuerpo. No dispone
aún de una vacuna o tratamiento específico para su combate, sin embargo,
algunos tratamientos experimentales que no habían sido aprobados en
humanos, podrían generar respuestas inmunes.
3. Virus Hanta o Hantaan
Este virus al igual que los dos anteriores se contrae por zoonosis, es decir que
los animales pueden contagiar a los humanos, en este caso son los roedores, a
través de excrementos y orina.
Virus Hanta
El virus provoca un tipo de fiebre hemorrágica viral, la fiebre hemorrágica con
síndrome renal (FHSR); o el síndrome pulmonar por hantavirus (SPHV), afecta
pulmones y corazón, entre los síntomas se encuentran los dolores de cabeza,
dolores musculares y fiebre, y al igual que los dos anteriores no existe
tratamiento ni vacuna específica.El nombre proviene del río Hantan, al norte de
las ciudades de Dongducheon y Paju en Corea del Sur, cuando fue aislado en
1976.
4. Gripe aviar
La influenza aviar afecta principalmente a las aves, sin embargo, estas pueden
contagiar el ser humano, el cerdo y el gato doméstico.
Las variedades de virus A(H5N1) y A(H7N9) puede ocasionar infecciones
humanas severas, de hecho, la mayoría de los casos de infección humana se
relacionan con el contacto directo o indirecto con aves de corral infectadas,
vivas o muertas.
Virus de la gripe aviar.
El subtipo A(H5N1) infectó por vez primera al ser humano en 1997 en Hong
Kong, mientras en marzo de 2013, el subtipo A(H7N9) infectó a tres personas,
dos residentes de Shanghái y uno de la provincia de Anhui, todos los casos han
sido reportados en China.
Los síntomas son fiebre alta, superior a 38 grados, además de diarrea,
vómitos, dolor abdominal, dolor torácico, y sangrado por la nariz o encías, así
como ronquera y producción de esputo, a veces sanguinolento.
El tratamiento se basa en antivíricos, en particular el oseltamivir, el cual
reduce la duración de la fase de replicación del virus y mejora las perspectivas
de supervivencia.
Ambos subtipos tienen un alto potencial pandémico.
5. Fiebre de Lassa
El primer caso reportado de infección en humanos fue el de una enfermera
nigeriana y fue descubierto en 1950, sin embargo, el virus se logró aislar hasta
1969.
Virus de Lassa
La enfermedad es endémica de roedores de África Occidental, por ende los
países más afectados son Guinea, Liberia y Sierra Leona, el contagio se da por
el contacto directo con enseres domésticos contaminados por excremento de
ratón de Benin.
La enfermedad es progresiva e inicia con fiebre, vómitos y dolor retroesternal,
además se observa conjuntivitis, edema periorbitario e inflamación del cuello,
en algunos casos sordera y en situaciones graves shock, hemorragia, derrame
pleural y edema cerebral.
Los investigadores consideran que 15 por ciento de los roedores de la zona son
portadores de la enfermedad y que podría presentarse un nuevo brote.
6. Fiebre hemorrágica argentina
Esta enfermedad también es ocasionada por contagio de animales a humanos,
a través del roedor del maíz, el cual porta el virus Junín, debido a la
ciudad donde se descubrió, con una tasa de mortalidad de entre 20 y 30 por
ciento en los casos.
Afecta principalmente al sistema vascular, neurológico e inmunitario,
entre los síntomas se hallan la conjuntivitis, hemorragias en la piel, conocidas
como púrpura, petequia o sepsis, que es la respuesta del sistema inmunológico
frente a infecciones graves.
El virus se identificó en 1958 y su distribución geográfica quedó confinada a la
región central de Argentina.
El tratamiento es una transfusión de plasma inmune, el cual proviene de
pacientes que se han recuperado de la enfermedad.