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Alemania ya había iniciado la conocida «Operación Barbarroja », mediante la que los nacionalsocialistas pretendían conquistar la Unión Soviética. En cambio, y en contra de sus planes, fueron detenidos por el ejército rojo. Los problemas de los nazis comenzaban a ser cada vez más graves, y, justo en ese momento, surgió otra complicación: Coca-Cola decidió dejar de enviar el jarabe con el que se fabricaba su bebida a los germanos. Y es que, en contra de lo que pueda parecer, los alemanes eran grandes seguidores de este refresco nacido en EE.UU. ,desde que este refresco llegó a Alemania en 1930, Coca-Cola había apostado por presentarse como una marca local que únicamente existía en este país. De esta forma, se aseguraban un mayor número de ventas en un territorio en el que los productos propios eran mejor considerados.
Así, y desde su llegada a Alemania hasta el inicio de la guerra, Coca-Cola estuvo presente de forma masiva en el país a través de su filial germana «Coca-Cola GmbH». De hecho, esta bebida era tan vendida que incluso Hermann Goering (mano derecha de Hitler y comandante de la fuerza aérea nazi ) favoreció la expansión de la compañía, su objetivo final era nacionalizar la empresa y apropiarse de la fórmula que posibilitaba su fabricación. El problema llegó en diciembre de 1941, cuando EE.UU entro en la guerra, las relaciones entre Coca-Cola GmbH y la empresa madre se cortaron. Los empresarios alemanes dueños de las embotelladoras se encontraron con la imposibilidad de seguir fabricando la bebida. El director de Coca-Cola GmbH, Max Keith decidió crear una nueva bebida que permitiera rentabilizar las costosas instalaciones y continuar así con el negocio. En ese momento comenzaron las pruebas para crear un nuevo refresco.Tras varios intentos se consiguió obtener finalmente una bebida con sabor a fruta creada con productos excedentes. La fórmula era variable. Aún faltaba el nombre. Según Keith, debía ser impactante y fácil de recordar; propuso un concurso entre sus empleados para decidir como llamar al refresco. Joe Knipp, un veterano vendedor, reflexionó sobre las indicaciones de Keith, que les había propuesto que dejaran volar su imaginación y fantasía para encontrar el nombre adecuado, y propuso el de ‘Fanta’, derivándolo de la palabra Fantasie (fantasía en alemán). La idea cautivó a los directivos.
La marca quedó registrada, se creó una botella de diseño exclusivo y la maquinaria de venta se puso de nuevo en marcha. A su vez, y por temor a que los potenciales clientes no confiaran demasiado en esta nueva bebida por no ser aún una marca conocida, se recurrió a una curiosa solución. Se decidió incluir la frase ‘es un producto de Coca-Cola GmbH’, como garantía de calidad. El nuevo refresco fue un éxito rotundo y en 1943 se vendieron tres millones de botellas, sólo dos millones menos que de Coca Cola en años anteriores. Sin embargo las cifras podían estar algo falseadas, pues la población compraba Fanta para «endulzar las infusiones» debido a que el racionamiento de azúcar era extremo entre los alemanes. En cualquier caso, había nacido una nueva bebida, y lo había hecho bajo el régimen nazi.
A pesar del gran éxito del refresco siempre se tuvo la duda de si el creador colaboraba o no con el régimen nazi. Y es que, por un lado, nunca se mostró partidario de Hitler, pero, por otro, Alemania le encomendó la dirección de las diferentes delegaciones de Coca-Cola en los países ocupados. De hecho, esta duda se mantuvo hasta el final de la guerra. En la sede central de la compañía, en la ciudad norteamericana de Atlanta, tampoco sabían si Keith trabajaba para los nazis o se limitaba a mantener la producción de las fábricas de Coca-Cola por lealtad a la empresa. Lo que si se sabe es que Keith se ofreció a ayudar a la población que había sufrido bombardeos transportando agua potable con sus camiones de reparto. Además, al final el directivo tuvo poco que agradecer a británicos y americanos, pues las 43 fábricas de Fanta que existían en Alemania fueron bombardeadas hasta su destrucción por aviones aliados.
Tras el final de la guerra, Coca-Cola decidió investigar el posible colaboracionismo con el régimen nazi de Keith. La compañía comprobó que el antiguo responsable de la compañía no había apoyado al régimen y que incluso había llevado a cabo acciones encaminadas a proteger a algunos empleados que estaban en el punto de mira. En medio de un país en ruinas, se reinició casi de inmediato la fabricación de Coca-Cola, así como la de Fanta, cambiando en este caso los precarios ingredientes que se habían utilizado hasta el momento. A finales de los 60 Coca-Cola compró Fanta e inició la exportación a EE.UU.
Respuesta:
Así de sencillo: los nazis fueron los creadores de la actualmente conocida ``Fanta´´ porque Coca-Cola dejó de producirse y venderse en Alemania por que era de Estados Unidos. Y como Coca-Cola era una bebida favorita de los Alemanes en aquella época (claro, después de la cerveza) pues crearon la ``Fantaerfrischt´´ La actual ``Fanta´´.
Explicación:
Y si te preguntas porque ahora los americanos tienen la marca ``Fanta´´ en Coca-Cola, es porque como los Alemanes perdieron la guerra pues los Americanos se quedaron todas las patentes pero con ``Fanta´´ no pasó lo mismo: Esto es lo que pasó, en vez de quedarse con el invento, Coca-Cola se la compró y ahora ``Fanta´´ es de Coca-Cola.