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Respuesta:
os alimentos transgénicos han alcanzado gran importancia en el ámbito de la investigación, fruto de su expansión en las últimas décadas. Al ser el derecho a la alimentación un derecho humano, su evolución no puede dejarse en manos del sector privado exclusivamente, por la capacidad del sector público para limitarlos o impulsarlos y, en cualquier caso, contribuir a la seguridad alimentaria.
Para lograrlo, y por su evolución transfronteriza, es preciso llegar a tratar los transgénicos como bienes públicos globales (BPG), entendidos como aquellos bienes públicos puros o impuros que no se puede proveer o regular desde el ámbito nacional o regional, sino desde un punto de vista global. Su valoración como BPG supone, ya por el hecho de ser bienes públicos, una mayor implicación del sector público para su suministro o regulación.
Es necesario, entonces, analizar las externalidades positivas y negativas que generan los alimentos transgénicos como bienes públicos, pero desde una perspectiva global. La dificultad estriba en que, según el autor, los transgénicos son positivos o negativos, con lo que no existe el consenso necesario para limitarlos, e incluso impedirlos o impulsarlos. No obstante, sí existe el consenso respecto a algunas cuestiones fundamentales de los alimentos transgénicos, como la mejora de la productividad, su contribución a la reducción de las especies, la dependencia de los agricultores o el monopolio de las empresas que cuentan con la patente. Es necesario identificar estas cuestiones para, al margen de polémicas de uno u otro lado, iniciar el adecuado suministro o regulación.
Explicación:
Respuesta:
Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido producidos a partir de un organismo modificado mediante ingeniería genética y al que se le han incorporado genes de otro organismo para producir las características deseadas. En la actualidad tiene mayor presencia los alimentos procedentes de plantas transgénicas.